lunes, 25 de enero de 2021

Torrelodones, ruta 23 Cordel del Hoyo de Manzanares y Senda Circular del Monte de los Ángeles

Torrelodones, Senda Circular al Monte de los Ángeles, Palacio de Canto del Pico, Arroyo del Piojo, El Elefante, Senda del Canto de la Cueva.


M A P A      P E R F I L      F O T O S      Track KML      W I K I L O C      Análisis IBP

Tipo de Ruta: Circular      Dificultad: Baja       Recorrido: 7,7 km      Ciclable: NO

Tiempo Total: 1:53 horas     Tiempo en Movimiento: 1:27 horas      Altitud mínima: 868 metros  

Altitud máxima: 1.001 metros     Desnivel positivo: 318 metros     Desnivel negativo: 314 metros

Desnivel acumulado: 632 metros      Fuentes: NO      Sombras: 5%     

Recomendada: todo el año      Realizada: 24-01-2021

           

Descripción:

Puesto que la previsión meteorológica de éste fin de semana era lluvia, no preparé ninguna ruta. Resulta no obstante que el domingo amanece bastante claro, en Torrelodones –no así en la sierra, cubierta de niebla y hasta ha nevado- por tanto, para desperezarme decido darme una vuelta por nuestra pequeña pedriza; el Monte de los Ángeles. Un paseo entre los ochocientos cincuenta y los mil metros, que dará un acumulado de seiscientos metros de desnivel, gracias a las varias vaguadas que contiene.

El inicio y final será la rotonda de la Av. del Conde de las Almenas y ctra M-618, con el Cordel del Hoyo de Manzanares, y siguiendo éste por el margen izquierdo de la carretera, subo hasta la entrada a Los Robles; donde abandono la vía pecuaria. Andado el tramo urbano por la Av. de los Robles, c/. Abeto, c/. del Álamo, c/. del Olmo y c/. otra vez c/. Abeto; entro en el Monte de los Ángeles; por la zona del Mirador de los Robles, desde el que se tienen efectivamente unas muy buenas vistas.

Continuando al norte, llego hasta el muro de la finca de Canto el Pico y sin entrar en ella, enlazo poco después con la Senda Circular del Monte de los Ángeles (en la que he tenido mucho que ver en su concreción); junto a un depósito de agua fuera de servicio. Rodeado éste, sigo el rastro siempre muy cercano al muro de piedra y con la vista del pueblo a los pies; paso muy cerca del Palacio, precisamente donde está la máxima altura de la ruta.

Llegado a una bifurcación, desde la que tengo una excelente vista del Palacio del Canto del Pico y del <canto> cuya piedra le da nombre; prosigo junto a la tapia y bajo hasta el Arroyo del Piojo, con la vista al frente de la característica piedra de, El Champiñón. Dejando la senda que sigue por el margen izquierdo del arroyo, giro a la derecha y vadeo el arroyo; por el trazado de la senda circular.

Esta pasa al pie de una pared rocosa muy utilizada para el aprendizaje de escalador y donde hoy están haciendo práctica. Ignorando los diversos y posibles desvíos a izquierda, hago una corta incursión a siniestra, para acercarme a un mirador natural. De nuevo en la senda, ando un tramo en sentido norte y una vez que vuelve a acercarse al muro, bajo la segunda vaguada.

Superada ésta, hago una segunda incursión –un poco más larga que la anterior- para acercarme a otro mirador natural. Prosiguiendo por la senda, cruzo dos vaguadas más y en optando siempre por los desvíos a derecha; llego a otro acceso a la finca. La senda gira a izquierda y poco después entre dos bolos, tuerce otra vez a derecha; la que prosigue, baja hasta la entrada principal del monte y las charcas.

La senda sigue al sur, sin ningún desvío, zigzagueando y pasado un pequeño canal en la roca, hay otro estupendo mirador. Pasado otro depósito de agua –que si está en servicio- en la bifurcación, sigo por la derecha (la izquierda es un atajo), pasando junto a las Casas Apascovi y la antena repetidor.

Descendido el camino hormigonado hasta el polideportivo y pistas de tenis, la senda tuerce a siniestra y toma rumbo norte, por el ancho camino de tierra. Cruzada la canalización de agua (murete de piedra), aparece por la izquierda el atajo antes ignorado. La senda hace un giro a derecha y tomando el segundo desvío, encuentro el camino principal de entrada al Monte de los Ángeles.

Ando unos metros por él, hasta el cruce donde se indica el desvío al Mesto, me acerco a ver el árbol singular mezcla, entre encina y alcornoque, y regreso; cruzando el amplio camino prosiguiendo con dirección Este. Cruzado el riachuelo que viene de las charcas, en la bifurcación, insisto por la derecha, paso otra vez el Arroyo del Piojo y llego a la gran mole de El Elefante; autentica escuela de escalada, con la llamativa roca del Gigante durmiendo, a su izquierda.

Continuando en la misma dirección, cruzo la c/. del Mar Rojo, donde una baliza indica que estoy en la Senda del Canto de la Cueva, y coincidiendo con su trazado, la sigo hasta desembocar en el Cordel del Hoyo de Manzanares y ctra M-618; donde metros más abajo, finalizo el paseo en la rotonda de los olivos.

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