jueves, 28 de septiembre de 2017

Manzanares el Real, ruta 18 Aguja del Sultán, Los Hermanitos, La Bota

Manzanares el Real, La Pedriza, Canto Cochino, PR-M2, Arroyo de los Pollos, Arroyo de la Ventana, Callejón de las Abejas, Aguja del Sultán, Los Hermanitos, La Bota, Collado del Miradero, PR-M1, Las Milaneras, Los Tres Cestos, Cancho Centeno, Los Llanillos, Vereda de los Forestales, Collado Cabrón, Cancho de los Muertos.  


M A P A      P E R F I L      F O T O S      Track KML      W I K I L O C      AnálisisIBP

Tipo de Ruta: Circular   Dificultad: Alta (IBP:102)   Recorrido: 14,5 km   Ciclable: NO

Tiempo Total: 6 horas     Tiempo en Movimiento: 4:17 horas      Altitud mínima: 1025 metros  

Altitud máxima: 1882 metros    Desnivel positivo: 996 metros    Desnivel negativo: 996 metros

Desnivel acumulado: 1992 metros      Fuentes: NO      Sombras: 10%     

Recomendada: todo el año     Realizada: 25-09-2017      Señalizada: NO



Descripción:
Hacer una ruta por La Pedriza, implica dificultad. Si asimismo es por La Pedriza Posterior, al esfuerzo habría que añadir dotes de orientación. Y si a lo anterior, sumamos que vamos a franquear una zona, sin senda conocida, tenemos un reto, en el cual sabemos a la hora que comenzamos, pero muy posiblemente no acertaremos con la de regreso. Y eso es precisamente lo que me ocurrió.

La Pedriza, es uno de los mayores conjuntos graníticos de Europa, con numerosos riscos, arroyos y praderas, por el que discurren infinitas sendas, siendo las más importantes y que están señalizadas el, GR-10, PR-M1, PR-M2, PR-M16 y PR-M18. Así como la, Senda Carboneros y Senda Maeso <ésta forma parte del PR-M1>.

El grupo compuesto por seis buenos andarines, inicia la marcha sobre las 09:40, desde Canto Cochino, teniendo como primera meta, La Aguja del Sultán, casi al final del Callejón de las Abejas.

Marchamos sobre el PR-M2, más conocido en este tramo, como La Autopista, no tanto por el suelo que pisamos, sino por la gran afluencia de personas que lo suelen transitar.
Acompañados del casi seco, Arroyo de la Majadilla, vamos ganando altura en dirección Norte.
Sobrepasado el desvío al Collado Cabrón, dejamos a derecha, el camino que lleva al, Refugio Giner. 

Vencemos una primera pendiente, hasta un mirador; desde el que se contempla perfectamente el peñasco de, El Pajarito. La vereda nos da un respiro y llaneando, dejamos un vivac, a la izquierda y unos metros más adelante, giramos a derecha (2,9km), para cruzar el Arroyo de los Pollos.

Esta vez no supone ninguna dificultad y no necesitamos utilizar la pequeña pasarela, que hay unos metros más arriba. A partir de aquí, ya se puede catalogar la subida, como “durilla”. Transcurre a poca distancia del arroyo y con las eses típicas para suavizar la pendiente. Hemos dejado a derecha el peñasco de, El Pájaro y Cancho Butrón. Al ver una gran piedra a la derecha de la senda, se une por la derecha, el Arroyo de la Ventana (3,52km).

Proseguimos con este, aguas arriba <lo de aguas, es un decir>, la cuesta se endurece aún más, rebasamos el ramal que lleva a Cuatro Caminos y trescientos metros más adelante, cruzamos el seco cauce del arroyo (11h - 4,2km – 1.482m). Y como afirma la frase <toda situación es susceptible de empeorar>, aquí la rubrico. Pues entramos en la,  travesía del Callejón de las Abejas.

La senda por la que hemos subido, desaparece y tenemos casi que trepar; para remontar la pendiente,
desértica y pedregosa, con rampas que alcanzan el 47%, hasta conseguir la bifurcación (4,67km – 1.652m), donde dejamos el “callejón”, en el que por cierto ¿no hemos visto una sola abeja? Lo de los nombres en ciertos lugares, daría para una tesis.

Un esfuerzo más y pisamos un colladito, a pocos metros de la base de La Aguja del Sultán (11:45h), donde nos tomamos el merecido descanso y la primera de las manducas.

Nuevamente en camino (12:15h), insistimos en la misma dirección, penetramos en zona boscosa y vamos girando hacia la izquierda. Pasamos a los pies de, Los Hermanitos (5,2km – 1.761m), dos altas rocas, que no pudimos contemplar, por el espeso pinar que lo rodea. Unos metros después, finalizamos el giro que veníamos haciendo y enfilamos al Oeste, en busca del sendero principal; a través del nutrido pinar, donde intentamos dejar huella de nuestros pasos, para futuros caminantes.

Luego de atravesar un kilómetro de zona boscosa, conservando la altitud, enlazamos con el sendero PR-M2 (13:14h – 5,99km). Lo seguimos a derecha unos trescientos metros y lo dejamos momentáneamente, para acercarnos a la roca conocida como ¡La Bota!, que ninguno conseguimos identificar; pues no fuimos capaces de ver; la bota de andar y menos, la bota de vino.

Desengañados, regresamos a la vía general y proseguimos subiendo, hasta arribar al Collado del Miradero o de Prado Poyo (14h – 6,88km – 1.882m), fotos, vista a todo nuestro alrededor y ¡segundo bocata!

Media hora más tarde, reanudamos la caminata para atacar, Las Milaneras, que pasamos por su lado oeste, consiguiendo llegar al pie de, Los Tres Cestos (15:15h – 6,62km).

Volcamos al otro lado de la cuerda y nos enfrentamos a la difícil bajada del, Cancho Centeno, con su rampa del 53%. Que con precaución y paciencia, logramos dejar atrás, casi una hora más tarde, al encontrar una bifurcación  (16:10h - 9,25km – 1.570m), poco antes del Collado de la Romera.

Vista la hora, decidimos no pasar más apuros y tomar a izquierda, la placida senderita que entronca (9,56km), con la Vereda de los Forestales, en la zona de Los LlanillosLa tomamos a derecha y llegamos al Collado Cabrón (17h - 11,7km – 1.304m).   

En este cruce de caminos, desesperados por finalizar la ruta <o mejor, lo digo en singular>, continuamos por la senda de enfrente, el antiguo trazado del PR-M1, pasando  a los pies de Peña Horcajo y el Cancho de los Muertos.

La historia que en este paraje se sustenta, trata en pocas palabras de una banda llamada, Los Peseteros. Estos secuestraron a una moza de buena familia y se resguardaron en estos riscos. En tanto esperan cobrar la recompensa, el jefe se ausenta de la guarida, dejando a varios compinches al cuidado de la chica. Pronto se despiertan los instintos depravados de estos y en la disputa, muere uno de ellos.
Cuando el líder regresa, se ve en la obligación de impartir justicia, para no perder autoridad. Ordena al autor que cargue con el muerto <nunca mejor dicho> y se trasladan a uno de los despeñaderos, para lanzar al vivo, una vez hay soltado la carga. Este que sabe lo que le espera, forcejea y resiste los envites del jefe, cayendo ambos y quedando la banda descabezada. Lo que aprovecha la zagala, para escaparse y extraviarse. Y para saber el final de la historia, pinchar en este enlace.

La bajada de kilómetro y medio, es vertiginosa y conectamos otra vez con el PR-M1 actual, en media hora (17:37h - 13,2km). Y desde aquí por la despejada vía, recorremos los quinientos metros que restan para dar por concluida la ruta. 

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Puerto de Navacerrada, ruta 04 Siete Picos, PR-M 8 (Senda Herreros)

Puerto de Navacerrada, Pradera de Siete Picos, Siete Picos, Ventana del Diablo, Pico Majalasna, Pradera de Majalasna, Senda de los Alevines, Pradera de Navarrulaque, PR-M8, Senda Herreros o Pata de la Cabra, Rocas de Lain, Fuente de los Acebos, Arroyo Pradillo, Riscos de Cueva Lirón y Alto del Telégrafo.


M A P A      P E R F I L      F O T O S      Track KML      W I K I L O C      Análisis IBP

Tipo de Ruta: Circular   Dificultad: A (IBP: 87)   Recorrido: 13,7 km   Ciclable: NO

Tiempo Total: 5:36 horas   Tiempo en Movimiento: 4:48 horas   Altitud mínima: 1658 metros  

Altitud máxima: 2128 metros   Desnivel positivo: 735 metros  Desnivel negativo: 735 metros

Desnivel acumulado: 1470 metros      Fuentes: NO      Sombras: 55%     

Recomendada: todo el año*     Realizada: 19-09-2017      Señalizada: NO


Descripción:

Se nota que nos hemos reincorporado, descansados y con ganas de superar la temporada anterior, pues tras la ruta exigente de la semana pasada, a Cueva Valiente; hoy vamos a realizar, los Siete Picos y regresar por; el PR-M 8, Senda Herreros, o Senda de la Pata Cabra.

Partimos de los 1.821 metros, del puerto, siguiendo la pista asfaltada que lleva a la residencia militar, Los Cogorros. Dejamos el PR-M8, que gira a izquierda, rodeando la pista de esquí para principiantes y a la izquierda de la puerta de acceso al complejo, se inicia propiamente, la Senda Schmid.
Andamos unos metros por ella y en la primera bifurcación, la dejamos, continuando por el ramal de la izquierda <señalado con puntos rojos en los árboles> que nos lleva al extremo Oeste, de la Pradera de Siete Picos (2,32km), punto de encuentro con la Senda Herreros, por la que regresaremos.

Desde la dirección que traemos, giramos un poco a derecha y ascendemos con rumbo Oeste. Y cumpliendo el pacto con Paco, se pone a la cabeza José Luís, marcando el ritmo y persiguiendo el rastro de hitos y algunos puntos rojos, sobre los árboles. Pero la promesa dura poco ¡es que hay algunos componentes! Que parece que en las subidas se les active el turbo.

El caso es que subimos casi doscientos metros, en solo ochocientos de recorrido, para arribar a la cuerda de los picos, muy cerca del séptimo, el cual alcanzamos (1:16h – 3,45km - 2.138m). Trepamos hasta la cima, con su vértice geodésico, como corresponde al punto más alto de la zona y aguantando el frío viento, nos hacemos la foto de grupo, echamos un vistazo a la interminable panorámica;  -al Norte, el Valle de Valsaín -al Suroeste, el Valle de Navalmedio, Cercedilla y los Molinos -al Este, El Puerto de Navacerrada, La bola del Mundo y la Maliciosa -y al Oeste, el Puerto de la Fuenfría. Y bajamos echando leches, hasta creo recordar, que los “lentos” fueron los primeros.

Pasamos el sexto pico, apenas doscientos metros más adelante, y con otros tantos, llegamos al quinto. Que lo bordeamos por el lado madrileño, ya que el resto del conjunto; del dos al siete, se pasa por territorio segoviano.
Dejamos atrás el cuarto (4,34km) y llegamos al tercero (1:56h - 4,63km), con ganas de ver la Ventana del Diablo. Y no sólo la vemos ¡si no que pasamos por ella!

Cuatro pasos nos separan del segundo pico (4,96km), llegamos hasta su base, pero desechamos subir a las cimas <pues en realidad son dos montículos> separados unos metros.

Nuevamente en la ruta, comenzamos la bajada hacia el primer pico, en las proximidades de la Pradera de Majalasna. Pasamos una especie de collado, incorporándose por la derecha la Senda de los Alevines, con la que compartimos unos metros. La cual dejamos para encaminarnos al Pico Majalasna <primero de los siete picos y único con nombre propio>. Sin pérdida llegamos a su base y encontramos la manera de pisar su cima. Más fotos y contemplación de las vistas.

Descendemos y en la Pradera de Majalasna (2:49h - 6,3km), hacemos la parada para el tentempié, finalizado con el cafelito bien calentito, acompañado de “medicina y pastitas”, pues no todo va a ser andar.

Reiniciamos la marcha, cruzando la pradera, enfilamos el PR-M7 y Senda de los Alevines <olvidando ver la Fuente de Majalasna y el petroglifo del buitre, que están por aquí>, la vereda es muy llevadera, si exceptuamos algún pequeño tramo. Descendemos los 240 metros de desnivel, que nos separan de la carretera de la Republica, entre pinos, en los que vemos las marcas blanco y amarillo del PR. Viendo a poco más de la mitad del recorrido, una pequeña fuentecita a la derecha del sendero, que ¡oh! sorpresa, mana agua.

Ya en la Pradera de Navarrulaque (3:34h – 7,75km –1.660m), no queremos dejar de acercarnos al, Refugio del mismo nombre, sorprendiéndonos por encontrar su fuente ¡seca! pues a todos, es la primera vez que nos ocurre.

Retrocedemos al cruce de la ctra de la Republica; con la Senda Alevines <por la que bajamos>, a la izquierda. El GR-10 y Vereda de la Encinillas, que aparece por la derecha. Y entre ambas; arranca el PR-M8, Senda Herreros o Senda de la Pata Cabra.

El origen de éste apodo, es desconocido, alguna creencia apunta a que el nombre se debe a los cabreros, que en tiempos pasados, traían a pastar su ganado por éstos parajes.
Lo cierto, es que el trazado desde la Pradera de Navarrulaque a la de Siete Picos, se asemeja a una pata de cabra.

En el inicio hay un gran banco, con una leyenda en uno de sus respaldos, recordando a Enrique Herreros. Personaje con una gran dimensión cultural, en la España del siglo pasado. Montañero <en primer lugar, por lo que nos atañe>, humorista, dibujante cartelista, periodista y cineasta. Esta ruta fue trazada por él, de ahí este simple monumento, dedicado por el círculo Aurrulaque.

Así que mentalizados del duro trayecto que nos espera, atacamos esta travesía, en principio por un amplio camino, que pronto adapta las dimensiones naturales, de una senda de montaña. Con pequeñas subidas y bajadas y con esporádicas vistas del Cóncavo de Siete Picos, conocido también como; Hoyo del Terradillo y Pozo de la Nieve.
En un kilómetro, tras una curva a izquierda, tenemos las Rocas de Laín Entralgo (4:00h – 9,15km).

Un mirador situado casi en el centro, del hueco de los Siete Picos. Que la agrupación Aurrulaque, perteneciente al Club de Senderismo de Peñalara, dedico a este personaje.
Dos pequeños bolos de granito, están grabados con; el año del homenaje, uno y el otro, parte de la carta que el intelectual escribió a Luis de Rosales, a propósito del Guadarrama. Y desde el banquito, se tiene una espectacular imagen de la vertical del hueco, así como de las rocas situadas abajo, que hacen de asiento natural. Sobre la lancha, esta el petroglifo de un dragón.

A medida que nos acercamos al centro de la curvatura, la senda se hace más estrecha, gana altura y entra en zona boscosa, aparecen los robles y pasamos junto a la Fuente de los Acebos, a la izquierda y unos esplendidos ejemplares de esta especie arbórea, a la derecha, muy cerca del Arroyo Pradillo (4:14h - 8,28km – 1.720m). Reguero que junto al Arroyo de la Venta y el Arroyo del Regajo del Puerto, conforman el nacimiento del río Guadarrama. 

Y aquí se acaban las contemplaciones, comienza la dura realidad de esta sinuosa travesía por la vertiente sur de Siete Picos. Es sobre la zona de Los Riscos de Cueva Lirón, donde muestra su cara más abrupta y al mismo tiempo; más singular y bonita. Ascendiendo en constante zigzag, con exigentes y continuos repechos.
Cada metro es una aventura, en que hay que extremar la atención, para no perder de vista; los hitos y marcas del PR. Así como ayudándose de las manos, para superar ciertos tramos.

La Senda Herreros, no es recomendable sin experiencia y dotes de orientación, exigiendo un buen nivel físico. Helada o con nieve, la travesía puede resultar muy peligrosa, haciéndose necesario ir equipado con crampones y piolet.

Pero como no hay mal que cien años dure, lo más trabajoso acaba, cuando estamos bordeando el séptimo pico. Setenta metros más arriba de la Pimpolla Negra, donde volvemos a ver las cimas de; La Bola del Mundo y La Maliciosa. El nivel se relaja y la senda gira a izquierda, para recorrer la ladera Sureste del séptimo pico. Casi manteniendo el nivel, aunque con las lógicas subidas y bajadas, la senda se estrecha y tiene raíces, que hay que evitar, para no sufrir un percance, que nadie desea.  
Por fin la senda se allana y ensancha, cuando olemos la proximidad de la Pradera de Siete Picos, en la que aparecemos, en el punto mencionado anteriormente (5,34h - 11,6km - 1.950m).

Proseguimos por la parte Sur de esta explanada, persiguiendo las marcas del PR-M8, pasamos junto al roquedal, del Alto del Telégrafo, sobre el que vemos la silueta de la  Virgen de las Nieves.
Continuamos hasta la antena y tomamos la senda que parte a derecha, que baja rodeando la pista de esquí para principiantes. Sufriendo los últimos metros del PR-M8 <puedo decir que odiado por algunos, según clamores que me llegaban>. 

Estos metros finales son un pedregal, que no hace más que aumentar el cariño que me tenían, los murmuradores. Que gritan ¡al parecer no hemos tenido suficiente con la Pata Cabra! Pero lo hemos logrado, desembocamos en la calzada asfaltada y nos vamos derechos a por la fresca cerveza, que calme la sed y apague los resquemores. 

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Puerto de Guadarrama, ruta 05 Cueva Valiente, Cabeza Lijar, GR-10

Alto del León, GR-10, Arroyo de la Gasca, Sierra de Malagón, Cueva Valiente, Collado del Hornillo, Collado de la Mina, GR-10, Cabeza Lijar, Cerro Piñonero o de la Gamonosa. 


M A P A      P E R F I L      F O T O S      Track KML      WIKILOC      Análisis IBP

Tipo de Ruta: Circular   Dificultad: M / A (IBP: 103)   Recorrido: 15,7 km   Ciclable: NO

Tiempo Total: 5:40 horas     Tiempo en Movimiento: 4:56 horas      Altitud mínima: 1368 metros  

Altitud máxima: 1903 metros    Desnivel positivo: 856 metros    Desnivel negativo: 855 metros

Desnivel acumulado: 1711 metros      Fuentes: NO      Sombras: 40%     

Recomendada: todo el año*      Realizada: 12-09-2017     Señalizada: NO


Descripción:

Nota: a tener en cuenta la climatología, la ruita es muy difícil con nieve o con heladas. 

Resuelto a subir a Cueva Valiente, una referencia del montañismo, nos presentamos cinco componentes del grupo senderista, entre los que se encuentra Fernando, después de su larga ausencia debido a su preparación, para unas oposiciones, en las que le deseamos suerte.

Iniciamos el recorrido en el puerto de montaña del Alto del León, a 1.510 metros. La mañana es más fría de lo esperado y a la mayoría nos ha cogido cortos de ropa, así que estamos locos por empezar, para entrar en calor y librarnos del viento invernal que sopla.

Marchamos hacia el Sur, por el Camino de Peguerinos; por donde pasa el GR-10 y la senda local, a los Álamos Blancos y también linde entre las provincias de Madrid y Segovia.
Las cruces que se ven, pertenecen a un antiguo calvario, que recorría unos dos kilómetros de pista.

Llegados a la primera bifurcación (1,65km) y superado el paso canadiense; continuamos por la senda de la derecha, cruzamos una alambrada y penetramos en el bosque de pinos silvestres. Refugiados ya del gélido viento, vamos descendiendo, mientras contamos nuestras vivencias veraniegas.

Cruzamos el lecho del arroyo de la Gasca (2,27km), sin gota de agua y deambulamos por la zona de Los Talleres, con algún repecho. El trazado que estamos haciendo, deja muchos desvíos en todos los sentidos <es una zona con infinidad de pistas o caminos, lo que hace que tengamos que consultar el GPS, para confirmar la ruta en los puntos más dudosos.

Tras diversos quiebros, enlazamos con la Cañada Real Leonesa (3,49km), por la que marchamos poco más de 500 metros. Hemos avanzado por; pistas, caminos, sendas, veredas y atajos, como los 90 metros a campo a través, que hacemos, por no llegar al vértice donde se unen las dos vías y que conecta con el Camino de la Peña del Águila (4,24km). Por el que andamos unos trescientos metros, con rumbo Norte, entrando en la zona de Aguas Vertientes.

Esta demarcación es monte público, que unido al de, La Garganta del río Moros, albergan los mejores ejemplares de pino silvestre, imagen emblemática del municipio de El Espinar. Los beneficios económicos de estos dos pinares llegaron al punto de servir de base para la hipoteca que permitiría comprar la separación del Concejo respecto a la ciudad de Segovia, obteniendo así El Espinar el privilegio de Villa en 1626.

Nuevamente giramos al Oeste, hollamos el arroyo Mayor, igualmente seco y en el próximo cruce con el Camino del Ingeniero y GR-88 (4,95km – 1.356m), se encuentra la posición más baja de la ruta. Insistiendo en el sentido de la marcha, continuamos a izquierda, por otra senda que busca el arroyo Secal, que haciendo honor a su nombre, tampoco lleva agua. Aunque también podría llamarse arroyo piedrero ¡pues piedras si que tiene! 

Estamos rodeando el cerro Cabeza de Buey, subiendo por una torrentera <<única superficie que nos quedaba por pisar>>. Venciendo pendientes de hasta el 25%, dejamos el T. M. de El Espinar y entramos en el de Peguerinos, provincia de Ávila. Superada la empinada calzada, arribamos a una especie de pradera, en las postrimerías de la Sierra de Malagón.

Desde aquí casi llaneando, por una pequeña senda llegamos a la Cueva. Situada hacia el Oeste, a 300 metros en línea recta del vértice geodésico, y unos 100 metros por debajo de la explanada.
Sobre la existencia de esta cueva, hay diversas opiniones; unas las definen como hecho natural y otros creen que es obra de excavaciones, ya que estas rocas no son propensas a erosiones.

Desandamos unos metros y siguiendo el rastro nos desviamos a derecha, superando la última subida con rampas de hasta el 42%, menos mal que como antes he dicho, es un tramo corto. Así que prontamente vemos el cilindro de hormigón, que remata el roquedal de Cueva Valiente (2:52h - 7,85km – 1.903m).

Este cerro es la parte más al Norte de la Sierra de Malagón. Parece ser que en tiempos pasados <y yo diría que presentes> subir a la cueva era una prueba de valor, y el cerro se llamaba prueba valientes, como se aprecia en el mapa de 1849, adjuntado en las fotos.

Fascinados por la panorámica, fotografiamos en todas direcciones, las interminables vistas. Y como el aire sigue siendo extremadamente frío, elegimos recostarnos en la fachada del refugio, para comer y descansar.

Pues he aquí que estando en estos menesteres apareció un hombre, que resulto ser lugareño de, El Espinar ¡a quién alguien del grupo! se le ocurrió preguntarle por algo situado en los alrededores. Pero eso es otra historia, que tal vez cuente en otro momento.

Reconfortados enfilamos la bajada a un colladito (1.824m), salvamos otra pequeña subida a un cerrete (8,43km – 1.872m), donde quedan restos de trincheras y parapetos, y desde este otero nos descolgamos 200 metros para aterrizar en el Collado del Hornillo (4:14h – 10km - 1.637m), en la carretera de Peguerinos.

Cómodamente por esta pista, vencemos la pendiente que nos separa del Collado de la Cierva o de la Mina (4:25h – 11,2km – 1.709m) y una vez reagrupados, superamos la subida por el GR-10, a Cabeza Lijar (4:40h – 11,9km – 1.823m), donde confluyen los límites de; Ávila, Madrid y Segovia. 
Otra sesión de fotos y en marcha. Dejamos Ávila y el territorio de Peguerinos y pasamos a transitar entre Madrid y Segovia. Bajando por el GR-10, que salta alternativamente entre los municipios de; Guadarrama y El Espinar.

En el Collado de la Gasca (13,2km – 1.601m), volvemos a pisar la pista unos metros, y encaramos la última subida del tramo de regreso, al Cerro Piñonero o de la Gamonosa (5:10h - 13,7km – 1.649m), acercándonos a su lado Este, para ver un refugio y nido de ametralladora de la Guerra Civil.

Desde aquí, el descenso es muy llevadero, por senda en su mayoría cómoda. Pasamos junto al árbol de los abrazos <un pino con extrañas ramificaciones>, y retornamos a la primera bifurcación, junto a la pista (14,6km). Ya solo nos queda desandar el camino hasta el Puerto de Guadarrama y concluir la exigente, pero estupenda ruta.

sábado, 9 de septiembre de 2017

San Martín de Valdeiglesias, ruta 1 GR-10, arroyo Tórtolas

San Martín de Valdeiglesias, Castillo de la Coracera, Camino de los Vallejos, Camino del Molino Quemado, Cerrillo del Tío Gitano, Camino de la Zobilla, Arroyo Tórtolas, Camino de la Aliseda


M A P A      P E R F I L      F O T O S      Track KML      W I K I L O C      Análisis IBP

Tipo de Ruta: Circular   Dificultad: B / M (IBP: 41)   Recorrido: 12,4 km   Ciclable: NO

Tiempo Total: 3:18 horas    Tiempo en Movimiento: 2.55 horas    Altitud mínima: 585 metros  

Altitud máxima: 775 metros    Desnivel positivo: 335 metros    Desnivel negativo: 335 metros

Desnivel acumulado: 670 metros      Fuentes: NO      Sombras: 10%     

Recomendada: todo el año      Realizada: 07-09-2017      Señalizada: SI (ida)


Descripción:
Regreso a San Martín de Valdeiglesias, después de 21 años, para realizar la última etapa del GR-10, en su recorrido por la provincia de Madrid. El tramo en sí, del sendero de gran recorrido; es corto, como la mayoría de los itinerarios, que me he trazado; consecuencia de hacerlos circulares <no obstante, incluiré en el blog, el trayecto completo por la Comunidad de Madrid, en tramos lineales>.

No podía haber elegido mejor día, pues están en fiestas. Al regreso me daré un paseo, para ver el ambiente, ahora me centro a lo que he venido. Arranco en la c/. Carretera de Ávila, sobre los 670 metros de altitud <pues el magnifico aparcamiento, al pie de la magnifica Plaza de Toros, que pensaba utilizar, esta ocupado por las atracciones>.
Dejo a la derecha el coso taurino y enfilo dirección Norte, por la c/. San Carlos, Travesera San Carlos y Cuesta del Castillo, para ver el Castillo de la Coracera.

Fortaleza del siglo XV, que mando hacer Don Álvaro de Luna, predilecto del rey Juan II, padre de Isabel la Católica.         La estampa que hoy se ve, es consecuencia de varias rehabilitaciones.
El valido Álvaro, que llego a tener más de 20.000 hombres de armas, sostuvo un pulso con los monjes del Monasterio de Santa María, en Pelayos de la Presa <dueños de todas las tierras, de la comarca>.
El personaje más poderoso de aquellos tiempos, decidió levantar este castillo en 1434 y para ello compro, toda la deuda que los campesinos, debían al clero. Cuya suma ascendían a 30.000 maravedíes, por tributos no pagados.                                     
El recinto es de planta cuadrada, destacando la torre del homenaje y otra que hace la función de atalaya.

Reanudo la marcha, atravesando un parque, por la c/. San Martín, que mas adelante es c/. Camino de la Aliseda, hasta una bifurcación; la izquierda, es la continuación de la calle, que finaliza en el Camino del mismo nombre <era el trazado antiguo del GR, y será por donde haré el regreso>.
Continuo, por tanto de frente, por el Camino de los Vallejos, que poco después pasa a llamarse, Camino del Molino Quemado. Las marcas del GR, son visibles y después de cada posible desvío, se ve la señal, confirmando que es la vía correcta.

Que San Martín es tierra de vinos, lo atestigua sus campos repletos de vides. A medida que se gana altura, se ven a la izquierda los cerros de; Guisando y el Portacho de los Ballesteros, en el Cordal de Pedro Duermes, que forma parte de las estribaciones de la Sierra de Gredos.

Aunque los dos caminos se reencuentran en la provincia de Ávila, me gusta más este nuevo trazado y sobre todo, porque el paso del Arroyo Tórtolas, esta asegurado por la pasarela existente en éste. Así que felicito el trabajo de pintado, a los voluntarios <que como yo, he realizado en otras sendas>, han participado en esta. Supervisado por mi amigo Fernando, el cual ha consumado un excelente trabajo de rectificación y señalización de senderos, como técnico de la Federación Madrileña de Montañismo.

Sin darme cuenta he ganado la máxima altura de la ruta (0:38h – 2,76km – 774m). Un mirador de las estribaciones de la Sierra de Gredos. El descenso, tiene dos pequeñas pendientes, la segunda en la zona conocida como, Cerrillo del Tío Gitano, desde el cual comienza la tercera y definitiva bajada <suave> pero mantenida, hasta aterrizar en el riachuelo.

Tras una hora de marcha, encuentro un cruce (4,74km), donde la senda gira al Oeste, prosiguiendo ahora por el Camino de la Zobilla, por el que acaba su descenso en el Arroyo Tórtolas (1:14h - 6,09km – 591m), límite provincial y punto más bajo de la ruta.

Atravesado el cauce seco, ando un kilómetro en la provincia de Ávila, girando de Oeste a Suroeste. Se deja un primer desvío a derecha y en la siguiente derivación; el gran sendero continua de frente, mientras yo sigo la vereda que busca la proximidad a la corriente, hasta la confluencia con el Camino de la Aliseda, el cual tomo a la izquierda.

Vuelvo a cruzar el lecho del arroyo, sin problema al no tener agua, pero este paso hay que descartarlo, en época de lluvias o crecidas del Embalse de San Juan, al no haber nada que ayude a franquearlo.
A pocos metros de haber pasado el arroyo, hay un cruce de caminos; la izquierda, lleva al camino por el que baje. De frente es una variante que hace un rodeo. Lo mejor es continuar a derecha, para regresar a San Martín de Valdeiglesias.

El camino apunta en dirección Sureste, y todavía pueden verse, las marcas del antiguo trazado del GR. Ignorando derivaciones a ambos lados remonto la primera parte de pendiente, en poco menos de media hora.

Sobre un trazado sinuoso, me doy un descanso con una pequeña bajada y atravieso el camino conocido como, Carril del Rey. Encaro la última subida y alcanzo la máxima altura del regreso, sobre los 10km y algo más de las dos horas de trayecto.
Ya solo me queda dejarme caer hasta entrar en San Martín y paseando por sus calles en fiestas, finalizar la ruta.