viernes, 29 de enero de 2021

Quijorna, Alto de los Llanos, Restos Batalla de Brunete, Hornos de Cal

Quijorna, Camino del Olivar, Peñas Pardas, Cuesta Blanca, Alto de los Llanos, Camino de los Llanos, Cañada Real Segoviana, Arroyo de Valdeyerno, Charca de la Cañada Real, El Madroñal, Arroyo de la Fuente Villanos, Cueva de Valdemorillo, Cerro del Castillejo, Hornos de Cal, Arroyo de Quijorna. 


M A P A      PE R F I L      F O T O S      TrackKML      W I K I L O C      Análisis IBP

Tipo de Ruta: Circular      Dificultad: Baja / Media      Recorrido: 14,4 km      Ciclable: NO

Tiempo Total: 5:33 horas     Tiempo en Movimiento: 3:46 horas      Altitud mínima: 563 metros  

Altitud máxima: 778 metros      Desnivel positivo: 416 metros      Desnivel negativo: 414 metros

Desnivel acumulado: 830 metros      Fuentes: NO      Sombras: 5%     

Recomendada: de otoño a Primavera      Realizada: 28-01-2021      Señalizada: NO

           

Descripción:

¡cómo pasa el tiempo! Ocho años hace que estuve en Quijorna, con la Sociedad Caminera del Real de Manzanares, para hacer la ruta de los hornos de cal y ver restos de la zona que comprendió la Batalla de Brunete; recordando que sufrimos un día muy caluroso. La ruta que he trazado hoy, es algo más completa en la zona republicana, para ver bunkers/refugios/puestos de ametralladora y el puesto de mando.

Hoy no será problema el sol y la temperatura es muy buena, pero veremos cómo se comporta la niebla que, aunque no muy espesa; no nos permite disfrutar de las vistas todo lo que deseáramos. Para la caminata nos hemos reunido ocho aguerridos <soldados> arrancando en la c/. Virgen del Pilar cruce con la c/. Santa Ana, a las puertas del restaurante Los Chopos.

Cruzado el Arroyo de Quijorna, queda a nuestra derecha la Av. Virgen del Rocío -que será por donde regresaremos- nosotros, continuamos de frente por la c/. del Olivar que. Sobrepasadas las viviendas, pasa a ser el Camino del Olivar y finalizada la primera cuestecita, hay un desvío a derecha que ignoramos; para acometer el tramo por la zona de Peñas Pardas, con rampa del 32%, que la niebla ayuda al no verlo con claridad, para no darnos la vuelta.

Al llegar al primer puesto de ametralladora y trinchera de acceso (2,3km – 714m), entramos en el T. M. de Valdemorillo y después de un leve descenso, iniciamos la subida por la zona de Cuesta Blanca, viendo otros dos puestos de ametralladora unidos por la trinchera; todo muy deteriorado.

Estabilizado el frente y cerco que sitiaba a Madrid, la Batalla de Brunete se desarrolló durante la Guerra Civil Española, entre el 6 y el 25 de julio de 1937 por una ofensiva del ejército de la República; como maniobra de distracción al bando nacional, para disminuir la presión ejercida sobre la capital y al mismo tiempo esperaban aliviar la situación en el frente Norte, ante la posibilidad de que trasladaran efectivos para contrarrestar la ofensiva.

Poco después llegamos al Alto de los Llanos (3,5klm – 741m) con su torre/vértice geodésico, al que se suben Rafa, Vicente y Ángel. Cercano a él, están los restos del cuartel y Puesto de Mando del bando nacional; donde se suscita el primer debate sobre un pozo/aljibe o refugio y donde se fracciona el grupo entre los <senderistas> Rafa, Thomas, José, Vicente y yo; y los <disertadores Fernando, Ángel y Victorino; que no encuentra el fin del motivo tratado.

Reagrupados nuevamente y por el estupendo Camino de los Llanos, vamos en dirección noreste en cómoda bajada, pasando una puerta accesible y acercándonos a una casa/refugio de cazadores, con una estupenda mesa desde la que descansar viendo la inmensidad del horizonte y donde ¡cómo no! Los tres díscolos compañeros se enzarzan en otra cháchara con el supuesto propietario o usuario del lugar.

La <facción dura> hechas las fotos pertinentes, proseguimos camino y desviándonos unos a la derecha para investigar una caseta/ chozo de pastoreo (5,5km). Continuando por el ahora, llano camino, enlazamos en trescientos metros con la Cañada Real Segoviana y cruzado el canal de trasvase Picadas – Majadahonda, llegamos a la Charca de la Cañada Real formada artificialmente al retener un pequeño muro; las aguas del Arroyo de Valdeyerno.

Desandando unos metros y siguiendo el trazado de la canalización y vía pecuaria, arribamos al punto más alto de la ruta (6,9km – 778m), en El Madroñal, donde hay una chimenea/rebosadero de la conducción de aguas. Abandonando ambos trazados, nuestro camino gira rápidamente del Norte al Este, para terminar al Sur; por otro buen camino, en el que desechamos desvíos menores a izquierda.

La ruta se acerca hasta el Arroyo de la Fuente Villanos, el cual dejamos para acercarnos al frente republicano, comenzando con una cueva o mina; sobre la que hay varias hipótesis. Que la realizaron los soldados de la república, en la G.C. Española como refugio o para guardar explosivos y otra, que fue excavada en el siglo XVI por geógrafos de Felipe II, durante los trabajos para delimitar el coto real de caza menor –luego se verá un hito- a lo largo del Arroyo de la Fuente Villanos y el Arroyo de Quijorna; según consta en archivos; donde se menciona como <La cueva de Valdemorillo>.

Una vez escudriñada la mina, subimos al alto del cerro y por una vereda entre romeros, descendemos al Camino de las Laderas o de Hoya Luna, por el que seguimos al suroeste hasta dejarlo al ver a la izquierda; los restos del puesto de mando del bando republicano, en la ladera del Cerro del Castillejo. Son dos edificaciones –la primera más visible que la segunda- que visitamos tras pasar por el alto del cerro, donde se hace la parad oficial para el bocata. Enlaces: sendas de fuego y Batalla de Brunete, historia y arquitectura militar; para los más interesados en historias y leyendas.

Tanto la subida del primer puesto al alto, como la bajada al segundo y vuelta a remontar al Cerro del Castillejo, para bajar por la ladera suroeste; son cortos pero muy fuertes. Iniciado el descenso, pasamos junto a un nido de ametralladora muy bien conservado y también junto a unos mínimos restos de uno de los cientos de hornos de cal que se levantaron aquí.

Luego vemos otro horno, al que le falta la chimenea y cruzada la C. R. Segoviana, nos acercamos a otro similar. Luego de pasar junto a los restos de las Casas de Vétagos, llegamos al conocido como Horno de Botella de la pequeña fábrica Ordovas; el mejor conservado y prácticamente entero, rodeado por la zona de caleras explotadas desde muy antiguo.

Estos hornos –de los que existieron más de quinientos- llamados de botella (por su semejanza con el recipiente), están formados por un cuerpo cilíndrico, sobre el que se apoya otro “troncocónico abombado”, culminando con un pequeño orificio para salida de gases. En la parte inferior hay 8 puertas para airear la cámara de combustión, siendo una más grande para facilitar el acceso de los obreros.

Documentos del Archivo de Protocolos de Madrid, del 1566 relatan el transporte de carretas con cal, desde las canteras de Vétagos, hasta El Escorial, para la construcción del monasterio. Así como del siglo XVII hasta principios del XVIII, la época de esplendor de las caleras; también hay numerosas referencias al empleo de la cal de Quijorna en edificios, palacios y otras obras de la provincia de Madrid, así como en zonas limítrofes, tal es el caso del puente de Segovia (Madrid) o la catedral de Toledo.

De la incursión a los hornos y cantera, retornamos al camino y Cañada Real, entrando después de algo más de un kilómetro a tierras de Quijorna. Luego vemos un hito/mojón del coto real de caza menor a la derecha y otra base de un horno, a la izquierda. El tramo siguiente por la zona Vega de las Viñas, es un barrizal en que saltando de un lado al otro del camino, llegamos al pueblo y atravesado el cauce (sin agua) del Arroyo de Quijorna, seguimos a derecha por la c/. Genaro Nuñez y finalizamos el temático paseo.

Nota: en defensa del grupo díscolo, tengo que decir que Victorino, ha regresado después de más de dos meses en dique seco y aunque vino con la idea de hacer solo parte del recorrido, al parecer la conversación (y supongo que algo tuvo que ver el bocadillo) le dio fuerzas para resistir todo el recorrido.

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