Navas del Rey, Colonia Puente de San Juan, Arroyo de Valdezate, San Martín de Valdeiglesias, río Alberche, Pelayos de la Presa, Ermita de San Antonio, Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, Arroyo del Molino de la Presa, Senda de las Zetas, Cerro de las Mucas, Cordel del Puente de San Juan, Arroyo de las Labores, Laguna del Jaralón, Cerro del Pajar del Fraile, Vía Verde del Alberche, GR-10.
Tipo de Ruta: Circular Dificultad: Media (IBP: 60) Recorrido: 17,6 km
Ciclable: NO
Tiempo Total: 4:58 horas Tiempo en Movimiento: 4:04 horas Altitud mínima: 515 metros
Altitud máxima: 817 metros Desnivel positivo: 878 metros Desnivel negativo: 875 metros
Desnivel acumulado: 1.753 metros Fuentes: NO Sombras:
20%
Recomendada: otoño - invierno - primavera Realizada: 07-02-2021 Señalizada: NO
Descripción:
Entre
borrascas, nevada histórica y confinamientos, han pasado casi dos meses para
poder volver a coincidir con el grupo familiar (Santiago, Nuria y Elena) además
de la <perrita> Lola y como no era preceptivo una ruta serrana (dosmiles)
por la posible baja forma física; vamos a darnos un <paseo> por tierras
de Navas del Rey, Pelayos de la Presa y San Martín de Valdeiglesias.
Al suroeste de la Comunidad de Madrid se encuentra la ZEPA Encinares de los ríos Alberche y Cofio (83.146 hectáreas) de alto valor ecológico, paisajístico y geomorfológico; con un clima mediterráneo templado y con escasas lluvias, donde se distinguen dos zonas de vegetación claramente diferenciadas.
El
relieve montañoso del norte está dominado por encinas, pinos piñoneros y pinos
resineros. El centro y el sur lo cubren dehesas de encinas, matorral
mediterráneo y pastos mixtos. Toda la zona es clave para la conservación de
diversas especies singulares de aves como el águila
imperial ibérica (Aquila adalberti), el buitre negro (Aegypius
monachus) o la cigüeña negra (Ciconia nigra).
El punto de partida de la ruta, será la Colonia Puente de San Juan –km-49,6 de la ctra M-501; dentro del T.M. de Navas del Rey; aunque sólo es echar a andar, cruzar el Arroyo de Valdezate y ya estamos en tierras de San Martín de Valdeiglesias. Dejando el tramo en torno al Embalse de Picadas, que sin duda es la parte más bonita de todo el recorrido; cruzamos la carretera y por el antiguo trazado, pasamos sobre el Río Alberche; poco más abajo del dique del Pantano de San Juan.
Terminada la malla que protege de caídas de piedras, subir por un rastro que gana unos metros de altura y convertido en senda, sigue paralelo a la calzada. Entrados en el T. M. de Pelayos de la Presa y con innumerables cortes en el recorrido, debido al temporal de nieve y viento sufrido en enero; pasamos entre las viviendas de la Colonia San Antonio, llegamos a la calle/carretera del pantano y dentro del recinto del Poblado de San Juan, vemos la Ermita de San Antonio.
Con vistas a las ruinas del Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias y andamos por el Camino de la Enfermería, hasta el primer desvío a izquierda –frente a la entrada del Parque Aventura Amazonía- en que lo dejamos para seguir rodeando la antigua abadía. Pasadas las dos puertas de acceso, cruzamos el Arroyo del Molino de la Presa y la Av. de Marcial Llorente; y antigua ctra M-501, entando en pleno casco urbano de Pelayos de la Presa.
El nombre del pueblo es de origen desconocido, aunque sí se sabe que el apellido “de la Presa” no es debido a la Presa de San Juan, sino al Arroyo de la Presa que lo recorre. Lo que parece más claro es que los primeros asentamientos datan de la época visigoda en el siglo VIII.
Por la c/. Marrueco y luego c/. Reguero, llegamos al nuevo vial de la ctra M-501 y lo cruzamos por un aliviadero de aguas torrenciales, que nos sirve de paso subterráneo. Proseguimos de frente por la c/. de las Mucas Oeste y al final, giramos a izquierda hasta enganchar (1:05h – 4,3km) con la Senda de las Zetas; casi dos kilómetros de subida con pendiente media del 11% y rampa del 22%.
Disfrutando de las vistas a medida que ganamos altura, llegamos a un primer cruce de cortafuego, donde volvemos a entrar en territorio de San Martín de Valdeiglesias y continuando de frente, alcanzamos la máxima altura de la ruta (1:41h – 6,32km – 819m); en el Cerro de las Mucas; desde el que oteamos a derecha las torres repetidor del Cerro Valdenoches y Cerro Altolamira.
Sin dar tiempo a saborear las alturas, enfilamos el descenso por un cortafuego, en el que nos cuesta frenar para no acabar en la lagunilla del Arroyo del Jaralón. Rodeándola por la derecha, vadeamos el Arroyo de las Labores (2h – 7,5km), entroncamos con el Cordel del Puente de San Juan o Cañada de Talavera.
La pequeña lagunilla es visitada por la comunidad faunística que vive en sus alrededores, compuesta por distintas aves, pequeños anfibios y numerosos insectos; acercándose también a ella, los ciervos que corren por la zona.
Todavía junto a la balsa, en la bifurcación, seguimos el ramal de la derecha que es la vía pecuaria, viendo sobrevolar sobre nuestras cabezas unas águilas imperiales. Culminada la subida al Cerro del Pajar del Fraile; hacemos la parada oficial. Retomada la marcha, vemos al fondo una torre y llegados al cruce donde deberíamos seguir a la izquierda; dejamos el Cordel y proseguimos de frente llegando (2:44h - 9,5km) a lo que resulta ser una torre de vigilancia contraincendios.
Desde éste punto y viendo un excelente camino por delante, continuamos descendiendo y cruzándonos con un grupo de ciclistas, que suben con algo menos de ritmo del que nosotros llevamos. Finalizado el camino en un pequeño descubierto y a sabiendas de una vereda que hay a la izquierda, la localizamos y nos lanzamos cuesta abajo.
Son trescientos metros por sendero bien definido, con la máxima pendiente del recorrido (35%) y aunque las fuertes lluvias lo han erosionado, es practicable y nos deja de nuevo, en el Cordel del Puente de San Juan, junto al Área Recreativa La Depuradora y comienzo de la Vía Verde del Alberche; antiguo trazado férreo y paso del GR-10.
Esta línea de ferrocarril económico, recibe el permiso administrativo en julio de 1883 y uniría Madrid con el Valle del Tiétar; pasando por Villaviciosa de Odón, Brunete, Pelayos de la Presa y San Martín de Valdeiglesias. En marzo de 1885 cambia la titularidad y se le amplia el recorrido en dos ocasiones, con lo que finalizaría el recorrido en la frontera de Portugal, por Bejar y Boadilla (Salamanca). Tras muchísimos avatares y otro cambio de concesión y titularidad, en los años 30 se <inauguró> el recorrido entre Pelayos y San Martín; siendo el único trayecto que se realizó.
Por el atractivo camino, disfrutamos de la vista de la parte alta del Embalse de Picadas, cruzamos el Arroyo de Mataloros y el propio Río Alberche que aquí parece un mar y retornamos al T. M. de Navas del Rey. Pasada la barrera giramos a siniestra (3:43h - 13,6km) con el GR, remontamos junto al Arroyo del Barranco del Fresno y en el siguiente desvío a derecha, dejamos el gran sendero para girar a la izquierda y continuar por un senderito o mejor decir; simplemente un rastro.
Se trata un recorrido de tres kilómetros, que todo senderista debe andar; pues estando atentos, son mínimas las complicaciones. Es un recorrido cercano al río/embalse, con pequeñas subidas y bajadas que le dan la categoría de auténtica senda montañera, en el que no falta el cruce de regatos; entre ellos el Arroyo de Valgranado. Poco antes de finalizar, se enlaza con un respetable camino que nos deja en el grupo de casas de la Colonia Puente San Juan y pasa junto a la Ermita de San Juan.
Respecto a la posible merma de fuerzas o estado de forma del grupo, nada de nada. Tanto que al final escuchaba comentarios, educados, pero comentarios; de que si tal que cual. La próxima tendré que esforzarme más en él diseño.
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