lunes, 22 de febrero de 2021

El Atazar, ruta 07 Presa de la Parra, Poblado del Atazar, Cancho de la Cabeza, Patones

El Atazar, GR-300 / Senda Genaro, Arroyo de la Pasada, Arroyo de Renegal, arroyo del Casucho, arroyo del Robledillo, Presa de la Parra, Río Lozoya, Cañada de la Caleriza, Poblado del Atazar, PR-M 14, Cancho de la Cabeza, Ladero de Calzones, arroyo de las Cuevas, Collado Rosado, Patones de Arriba, Cueva del Aire, Patones.                                                                          

                      

M A P A      P E R F I L      F O T O S      Track KML      W I K I L O C      Análisis IBP

Tipo de Ruta: Lineal      Dificultad: Media / Alta      Recorrido: 17,2 km      Ciclable: NO

Tiempo Total: 5:12 horas     Tiempo en Movimiento: 4:11 horas      Altitud mínima: 714 metros  

Altitud máxima: 1.264 metros   Desnivel positivo: 1.083 metros   Desnivel negativo: 1.335 metros

Desnivel acumulado: 2.418 metros      Fuentes: NO      Sombras: 10%     

Recomendada: de otoño a primavera       Realizada: 20-02-2021      Señalizada: SI 

                                                                                                                       

fotos Santiago --- mis fotos

Descripción:

Nota: el recorrido tiene una alternativa para bicicletas, bien señalizada.

La ruta de hoy comprende la Senda del Genaro -actualmente GR-300- desde el pueblo de El Atazar hasta Patones de Arriba, con la variante por la Presa de la Parra forzada por la crecida del río y el pequeño desvío para llegar hasta el vértice geodésico del Cancho de la Cabeza. El trazado resultante es la etapa más dura por longitud y desnivel; de las cinco en que he dividido la circular al Embalse de El Atazar.

El recorrido se compone de tres tramos, cada uno de ellos entorno a los cinco kilómetros; siendo el primero de descenso (con algunos repechos) hasta el río Lozoya. El segundo, es una constante subida hasta el Cancho de La Cabeza; y el tercero, el descenso hasta Patones, pasando por el bonito poblado de Patones de Arriba.

La logística para la ruta lineal, al no querer depender del transporte público (línea 913: Torrelaguna – El Atazar) obliga a llevar dos vehículos hasta Patones y dejado uno, marchamos los cuatro componentes hasta el punto de partida situado en el pequeño pueblo de El Atazar.

El pueblo, vivió su máximo esplendor en el siglo XVIII llegando a tener más de doscientos vecinos, cuando hoy no llegan a los cien. Fue declarado Núcleo de Interés Rural en el Inventario Arquitectónico de 1970.

Así pues, acompañado del núcleo duro del variado grupo de fin de semana, a saber. Elena, Nuria y Santiago, con su incansable Lola, iniciamos la caminata en la misma entrada del pueblo; que lo han declarado peatonal, pero sin habilitar un aparcamiento adecuado. Seguimos por la c/. Nogal, pasando junto al ayuntamiento y llegamos a la Plaza de la Constitución; donde destaca la espadaña de la Iglesia de Santa Catalina del siglo XVI.

Salimos del caserío por la c/. del Mirador, donde hay un panel informativo de la Senda Genaro, homologada como GR-300 y continuando por la c/. Cuesta; pasamos junto al cementerio y a las puertas de la EDAR -Instalación del Canal Isabel II- comienza propiamente la senda que también está compartida con el GR-88 hasta el cruce del río Lozoya.

El descenso es rápido por la bien señalizada senda, transitando entre el cerro de Silla del Lomo (a la derecha) y el Cerrillo la Lobera (a la izquierda), encontrando un primer regato por cuyo cauce andamos unos metros hasta que se desvía por la izquierda.

Luego salvamos el Arroyo de la Pasada, con un pequeño dique más abajo. Ganamos altura y volvemos a bajar para cruzar el Arroyo de Renegal. En el remonte, disfrutamos de la vista del cañón por donde discurren los arroyos y metros antes de llegar a los restos de un tinado; situado en un inmejorable lugar; tenemos la mejor vista del muro del Embalse de El Atazar.

La senda sigue culebreando, cruzando otro arroyo sin nombre y entrando en tierras de Guadalajara, al cruzar el Arroyo del Casucho (1:14h – 4,24km); consiguiendo luego una magnífica vista del río Lozoya y la Presa de la Parra

La senda baja hasta el cauce del arroyo del Robledillo, junto al que se andan unos metros y al llegar al puente, el gran sendero GR-88 y GR-300 / Senda Genaro, lo cruzan y van en busca del río Lozoya; para salvarlo por los cubos de granito plantados en su lecho.

Era nuestra idea, pero al preguntarles a otros senderistas que venían en sentido contrario, nos dicen que el caudal viene muy crecido y es imposible cruzarlo por los cubos, por lo que proseguimos hacia la Presa de la Parra. Salvado el río por la pasarela, resulta que como dice el refrán, no hay mal que por bien no venga; pues el paso sobre el río Lozoya; es toda una experiencia, con sus losas de hormigón separadas y que se mueven al pisarlas.

La pequeña presa, se terminó en 1904 para unir su azud al de Navarejos construido en el 1860 y situado poco más abajo; ya que ésta pequeñísima represa se aterraba con los lodos de los arroyos y el agua se enturbiaba. De una u otra manera, en el otro lado del río se vuelve a suelo madrileño y frente al paso de los dados de piedra

que nos ha supuesto medio kilómetro más; estamos en el punto más bajo (735m) del itinerario. El sendero GR-88 tuerce a izquierda y sobre el Canal de la Parra, marcha hacia el Pontón de la OlivaNuestro GR-300 / Senda Genaro, sigue el trazado de la Cañada de la Caleriza, ganando altura hacia el Poblado del Atazar; por la loma que se alza entre Navarejos y Hoya del Fresno con los cerros de Cabeza CogorralEl áspero sendero, asciende dejando a la izquierda los corrales que coronan el Cerro del Molino; referencia en el sentido inverso y alcanza un falso llano. 

Después se introduce entre altas jaras y bajos enebros, donde tenemos la desagradable presencia de motoristas que además del ruido que provocan, destrozan los caminos. Sobre suelo rocoso transitamos cercano al poblado y andado un corto tramo paralelo a la carretera, la cruzamos y llegamos a la parte alta del Poblado del Atazar (2:44h – 8,4km – 1.022m); un pequeño parque y zona deportiva, que aprovechamos para hacer la parada técnica.

El poblado se construyó en 1962, para albergar a las familias de todo el personal venidos de diferentes lugares de España que trabajaron en la construcción de la presa. El poblado tuvo escuela, ambulatorio, tienda de alimentación e instalaciones deportiva –que todavía perduran- quedando deshabitado parcialmente al terminar las obras en 1972.

La zona termina en un paso con barrera, que da paso a un amplio camino y excelente mirador del Embalse del Atazar, el pueblo de El Atazar, Cabeza Antón y hasta la Peña la Cabra. 

El excelente camino/pista que discurre entre pinos (cuya sombra se agradecerá en los peores días de la canícula) enlaza con la que viene del Cerro de la Oliva y solo andados cien metros; la dejamos para subir trescientos metros por un cortafuego. 

Dejada a mitad una senda a la izquierda, seguimos a la derecha la indicación de la baliza, tomando una reglamentaria senda e ignorando un desvío a la diestra; llegamos al encuentro con el PR-M 14, donde el GR se desvía a siniestra. Para no desaprovechar la ocasión de acercarnos a la cumbre, seguimos de frente por el PR-M 14 y en dos pasos estamos en el Cancho de la Cabeza (3:33h – 11km – 1.264m), que bien podría llamarse Cerro de los Vientos; cima de la ruta con unas vistas inenarrables.

Por citar alguno de los puntos visibles, decir que casi se aprecia todo el desarrollo de la Senda del Genaro. Mirando al norte y tomando como referencia El Atazar, se pueden observar los trazados de los dos recorridos; el senderista, que sube por encima del barranco del Lozoya y el ciclista, que sube hacia las pistas que bordean la Cabeza del Madroñal. Y ampliando la vista se localizan: la Peña de la Cabra, Pico de la Tornera y Pico de la Centenera, quedando más atrás, la Cuerda de la Pinilla y la Sierra del Ocejón.

De nuevo en el cruce de sendas, comenzamos el definitivo descenso adentrándonos en otro corto pinar, por el margen izquierdo del Ladero de Calzones –cara sur del Cancho de la Cabeza- pasamos junto a un diminuto vivac y en días claros se vislumbran hasta las grandes torres de la capital.

Luego llegamos a otro cortafuego que marcha por la derecha del Ladero y lo dejamos cuatro pasos después para enfilar una descarnada bajada que termina en el arroyo de las Cuevas. A partir de aquí la senda discurre entre jaras al pie de los cerros Alto de Braña Grande y Pico Benarejo; y en el cruce de caminos (13,7km) del Collado Rosado; seguimos de frente.

Con la vista al sureste de los cerros; Las Esparteras y Corral Alto, se ignora un desvío a la derecha y se rodea el cerro El Cabezo; para pasar luego al lado oeste del cordal y tener a los pies el valle del arroyo de Patones, por donde transitan el GR-10 y el PR-M 14.

Seguidamente empiezan a aparecer los antiguos corrales de Patones de Arriba que guardaron el ganado caprino entre sus muros de roca, como sus restauradas casas, que han ganado su particularidad urbanística al aprovechar el material base. Todo, gracias a la visión de Jean François Fournier, que lo visito en los años ochenta y lo compró para resucitarlo. Metros antes de llegar a la primera era, si se está atento, se verá un dibujo del <Genaro> actualizado a los tiempos; pues está con mascarilla. 

Andando sus calles, es momento de recordar que según la historia; hubo un rey de PatonesProtegidos con las aconsejables mascarillas, por la masificación de gente que hay, lo atravesamos lo más rápido posible y continuamos carretera abajo, hasta conectar con la bonita senda que baja a Patones. 

Final de la extraordinaria ruta, por lo visto y oído a los acompañantes; pues han quedado tan satisfechos, que me renuevan una semana más, quedando emplazados para la próxima con permiso de la meteorología. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario