viernes, 7 de agosto de 2020

Real Sitio de San Ildefonso, ruta 13 Puente de la Cantina, Fuente del Charco de las Ranas, Colmillo del Diablo...

Puente de la Cantina, Fuente de la Canaleja, Camino de la Canaleja, Fuente de la Peseta, Fuente del Charco las Ranas, Cerrillo de Cagalobos, Cojón de Pacheco, Colmillo del Diablo, Puente de Navalacarreta, Senda de las Pesquerías Reales, Boca del Asno, Baños de Venus.


M A P A      P E R F I L      F O T O S      Track KML      W I K I L O C      Análisis IBP

Tipo de Ruta: Circular      Dificultad: B / M (IBP: 57)      Recorrido: 13,9 km      Ciclable: NO

Tiempo Total: 4:23 horas     Tiempo en Movimiento: 3:05 horas      Altitud mínima: 1.220 metros  

Altitud máxima: 1.583 metros      Desnivel positivo: 376 metros      Desnivel negativo: 373 metros

Desnivel acumulado: 749 metros      Fuentes: SI      Sombras: 75%     

Recomendada: todo el año      Realizada: 06-08-2020      Señalizada: NO



Descripción:

No voy ahora a descubrir la gran variedad de nombres, que el senderista está acostumbrado a oír y cuando llega al lugar, no encuentra la similitud o parecido. El trazado de ésta ruta tiene dos motivos, el primero ver hasta qué punto acertaron con los que vamos a encontrar y el segundo, andar la Senda de Las Pesquerías Reales; desde el Puente de Navalacarreta hasta el comienzo del Río Eresma.

El punto de partida, puede ubicarse también en el Área Recreativa Boca del Asno, nosotros hemos preferido éste, junto al Puente de la Cantina; por ser el punto más cercano, ya que venimos de Madrid. La ruta de hoy voy acompañado de Angel y Victorino, que le están dando un repaso a la Sierra de Guadarrama y les he convencido hoy, para dejarla por el valle de Valsaín.

Pasando sobre el Arroyo del Puerto del Paular (aunque el letrero indica Río Eresma) por el Puente de la Cantina, dejamos a la izquierda la Fuente de la Canaleja y seguimos la senda del GR-10.4 y Camino de la Canaleja, en dirección al Puerto de Cotos (antiguamente del Paular), con la perspectiva de casi tres kilómetros y trescientos metros de subida; para alcanzar la máxima altura del recorrido.

Cruzado el Arroyo de las Lombrices, en la primera bifurcación (metros antes del Arroyo del Cancho); dejamos la variante del gran sendero y virando al noreste, pasamos por un cargadero de madera y con el camino cubierto de helechos llegamos al encuentro de la pista forestal. La seguimos a siniestra, girando al oeste y conseguida esa dirección (0:43h – 2,8km – 1.619m), alcanzamos la máxima altura del recorrido.

Sobre medio kilómetro después está la Fuente de la Peseta, poco después se vuelve a cruzar el incipiente Arroyo de las Lombrices y en el siguiente cruce, abandonamos el buen camino por la senda de la izquierda, por la que andamos solo doscientos metros, pues en el desvío torcemos a la derecha y retomamos dirección norte.

Aún tenemos por delante sobre dos kilómetros con ligera bajada, en cuyo tramo cruzaremos el Arroyo del Retamar, rodeado en todo su entorno de un gran número de acebo, veremos la Fuente del Charco las Rana, señalizada y situada a cinco metros de la senda; y a continuación vadeamos el Arroyo de Camaliebre.

Iniciado el repecho, en breve hay un nuevo desvío, en que toca giro a la derecha, una senda bien definida por la andados cuatro pasos, doblamos a la izquierda y entramos en el Cerrillo de Cagalobos; un capricho que me doy y brindo a mis pacientes acompañantes. El nombre tiene que venir de largo, pues hoy por hoy, como mucho pudiera llamarse de <cagajabalis> porque es lo que vimos poco antes.

Ésta variante puede obviarse, continuando hasta la próxima bifurcación, donde se gira a la izquierda y metros después se insiste a siniestra, para estar en el mismo camino, al que nosotros accedemos. Pocos metros después abandonamos la senda y monte a través; atajamos para llegar al famoso bolo del Cojón de Pacheco.

Que a un peñasco solitario y más o menos ovalado se le llame cojón, no es tan raro, aunque a primeras lo parezca. Pues a más de la similitud (que la hay) existe un parentesco lingüístico, ya que a estos peñascos aislados se les denomina castizamente; tormos o tolmos y uno de los ejemplos más conocidos lo tenemos en el Tolmo de la Pedriza.

Las voces tienen su origen en la raíz indoeuropea 'tur-' (bulto, hinchazón), que derivó en turma; testículo, criadilla de tierra. Así las cosas, los montes están llenos de <cojones> aunque a saber y según habladurías populares, sólo éste tiene el nombre relacionado con el atributo del petulante vecino.

El tal Pacheco era, según chismorreo popular, un fanfarrón de Valsaín que se jactaba de satisfacer cada noche a varias mujeres y al que sus vecinos con sorna, decidieron nombrar el tolmo más grande de la zona, con el susodicho nombre de su hombría; ya que, para sacarle tanto jugo, esa parte suya tenía que ser de tamaño similar.

Salimos del piedrolo por su senda, viendo en la salida el letrerito que lo indica. Continuamos en descenso unos trescientos metros hasta un canchal situado a la derecha, momento en que hay que internarse a la izquierda y sin senda definida, en menos de doscientos metros está la gran laja que han dado en llamar; el Colmillo del Diablo.

Prosiguiendo en el mismo sentido, en dos zancadas estamos sobre senda reglamentaria, que seguimos a la derecha y más adelante se convierte en un magnifico camino que baja a la ctra CL- 601; luego de salvar un paso con barrera y alambrada. Al otro lado de la carretera y ¡librada otra alambrada! Llegamos al Puente de Navalacarreta, pasamos a la ribera izquierda del Río Eresma (3h – 9,6kim – 1.231m) y estamos en la Senda de las Pesquerías Reales.

El camino realizado a petición del rey Carlos III, muy aficionado a la pesca, transita junto al cauce y dispone de numerosos puntos estratégicos; para el disfrute de ésta práctica.
La solida senda, se mantiene en bastante buen estado y es un placer recorrer, los doce kilómetros que comprende; desde el Embalse del Pontón Alto y ctra CL-601, hasta el Puente de la Cantina.

Escuchando el rumor del agua y a la sombra de altos pinos, pasamos junto a la Peña de la Barca (con el sello real) y la angostura en el río, de la Boca del Asno; unos metros antes del puente por el que se accede al Área Recreativa del mismo nombre.

Pasando sobre el Arroyo de las Cárcabas, Arroyo de Navalazarza y el Arroyo del Tesoro, llegamos al comienzo del Río Eresma; que toma cuerpo en la zona de Los Vadillos, donde se une el Arroyo del Puerto del Paular; por la izquierda y más cercano a la carretera, con el Arroyo Minguete o del Telégrafo (pues ambas corrientes se han unido poco más arriba), por la derecha.

Aquí en el río, ya se ven unas buenas piscinas naturales, que se conocen como Los Vadillos, pero habrá que andar unos pasos aguas arriba del arroyo, para ver las más preciadas pozas o charcas; los Baños de Venus. De nuevo en la senda, se cruza el Arroyo Minguete y se sube junto al otro hasta la carretera, finalizando la interesante, atractiva y refrescante ruta.

Conclusión: Las lombrices en el Arroyo de su nombre, se ha resulto. La Fuente de la Peseta, me parece que salió cara. En la Fuente Charca de las Ranas, no escuchamos a ninguna. El Cerrillo de Cagalobos, ni lobos, ni cagadas. El Cojón de Pacheco, un bolo muy ajustado a la definición de cojón. El Colmillo del Diablo, no me gustaría encontrar al demonio con un dolor de muelas con tal tamaño de pieza y Los Baños de Venus, que esa tal Venus, era de conformar y se bañaba en cualquier charco.

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