viernes, 28 de agosto de 2020

Buitrago del Lozoya, ruta 1 Casa del Bosque, Cabeza Retamosa y Peña del Alemán

Buitrago del Lozoya, Camino a la Casa del bosque, Arroyo de la Cigüeñuela, Mirador de Buitrago, Casa del Bosque, Cordel del Bosque, Peñas Zorreras, Cordel de la Praillera, Cabeza Retamosa, Cañada Real de Velayos, Cabeza Velayos o Cerro del Alemán, Molino de la Cigüeñuela.


M A P A      P E R F I L      F O T O S      Track KLM      W I K I L O C      Análisis IBP

Tipo de Ruta: Circular     Dificultad: M* (IBP: 39)     Recorrido: 13 km     Ciclable: NO

Tiempo Total: 2:54 horas   Tiempo en movimiento: 2:17 horas      Altitud mínima: 959 metros 

Altitud máxima: 1108 metros    Desnivel positivo: 153 metros    Desnivel negativo: 153 metros

Desnivel acumulado: 306 metros      Fuentes: NO      Sombras: 50% 
  
Recomendada: todo el año      Realizada: 27-08-2020      Señalizada: NO               


Descripción:

Nota: la catalogación de dificultad es debido a que hay que saltar varios muretes de piedra.

La ruta transcurrirá sobre un entorno natural que dividiré en tres partes, la primera y última dentro de tierras buitragueñas; con sombra, entre encinares y pinares. Y la intermedia, que transita entre los términos municipales de Gandullas/Piñuecar y La Serna del Monte; secano total, por suelo escaso y solo adornado por matorral y algo de pastizal. 

El punto de partida será la c/. Lavadero, entre el Puente del Arrabal que queda a la derecha y la Plaza del Progreso que se atraviesa. Desde la plazoleta y dejando a la derecha la EDAR de Puentes Viejas, seguimos por un callejón que lleva al Arroyo de las Cárcavas o Cigüeñuela (según la documentación que se consulte), el cual se cruza por un paso de canalización antigua, sin protección lateral. Poco más abajo de los restos del Molino del Arroyo Cigüeñuela, que se verá al regresar.

Superada la rampa de cuatrocientos metros, se allana la senda y traspasando un murete por un paso al efecto, llegamos a un mirador natural sobre un roquedal; donde disfrutamos de una magnifica vista del pueblo medieval, destacando la muralla, la iglesia y el Castillo; así como por el meandro del Río Lozoya.

La senda se hace camino y con la agradecida sombra, primero de encinas; luego de pinos y después tramos al cincuenta por ciento, va girando al sur y luego al este, hasta que en una curva a la derecha; aparece unos metros más arriba la ruina de la Casa del Bosque (0:41h – 3,42km), mal llamado, Palacio de Osuna. El acceso desde el pueblo, era por el Puente de la Coracha; sumergido desde la construcción en 1940 del Embalse de Puentes Viejas, así como el camino.

El palacete de origen renacentista y arquitectura manierista se levantó entre el 1596 y 1601, a petición de Iñigo López de Mendoza y Mendoza, descendiente del marqués de Santillana y amigo personal de Felipe II. Éste personaje, introdujo en nuestro país el uso de villas de recreo en plena naturaleza y con las comodidades de la ciudad; para relajarse del protocolo y disfrutar de fiestas, caza y pesca. 

La construcción se articula en torno a un cuerpo central de forma circular, a modo de rotonda, que sobresale en planta y estaba cubierta con una cúpula de media naranja -actualmente desaparecida-, que hacia función de capilla del palacio. Ésta es la parte mejor conservada, manteniéndose el enlucido interior de los paramentos, así como escudos nobiliarios con la cruz de los Mendoza.

Continuamos con la ruta, pasando bajo una línea de alta tensión y cruzando un arroyuelo estacional, encontrando a pocos metros un desvío a derecha. Puesto que, de seguir el camino principal, sabemos que tendremos que saltar un muro; tomamos el desvío con la idea de llegar a la vía pecuaria, sin ningún obstáculo.

Pero el desvío y luego por monte a través, nos lleva a distancia del embalse, encontrando lo inevitable; el muro. Qué en éste caso, es un murete de apenas medio metro; por lo que fácilmente lo libramos. Ya en el Cordel del Bosque y con dirección norte, salimos a la ctra M-137; viendo a la izquierda las antenas del Centro de Comunicaciones por Satélite de Telefónica (inactivo desde 2003), pero cuya imagen nos traslada al cine de ficción.

Cruzada la carretera, andamos unos metros a derecha, giramos a siniestra y entramos en el T.M. de Piñuecar-Gandullas; subiendo hacia el altozano, por el camino hormigonado del helipuerto de Gandullas. Pasado éste, a la izquierda hay un área de descanso (actualmente abandonada) pero con una buena vista sobre el complejo parabólico.

Pero mejor vista hay desde Peñas Zorreras (1:26h – 7,07km), por eso fue elegida para levantar un fortín con tres troneras, por el frente Nacional. Siguiendo la señal a Piñuecar, andamos sobre el Cordel de la Praillera y confirmada la ruta por la indicación (a Piñuecar 2,6km), continuamos ascendiendo junto al muro de piedra.

Finalizado el cercado, entramos en el T.M. de La Serna del Monte y hacemos una incursión al lugar de Medialegua y Las Cercas; donde hay otro fortín/observatorio. Ésta, era la posición Nacional más cercana al frente republicano, situado en Cabeza Velayos o Cerro del Alemán y separados apenas cuatrocientos metros en línea recta.

De nuevo en la senda principal, proseguimos subiendo hasta Cabeza Retamosa, donde está el depósito de agua del municipio (9km – 1.107m), punto más alto del recorrido y andamos unos metros al oeste; para ver otro puesto de tiro/vigía y trincheras que zigzaguean por la colina.

El descenso se hace reencontrando la senda por la que se subimos, hasta el cruce en la zona de Medialegua y desde aquí giramos al suroeste, regresando a tierras de Buitrago en la Cañada Real de Velayos; frontera ente los dos bandos. Seguida al norte unos metros, viramos a la izquierda y alcanzamos el cerro de Cabeza Velayos, que se hizo famosa con la definición de Peña del Alemán, en memoria de Max Salomón.

En éste frente, se puede decir que no se libró batalla ni guerra propiamente, sino escaramuzas o acciones defensivas por ambas partes, que termino en un mantenimiento de las líneas. 
Terminada la visita de la histórica zona, retornamos a la vía pecuaria y por el buen camino llegamos a la carretera; donde lo dejamos.  

Cruzada la ctra M-137, la senda se ve interrumpida por una puerta, teniendo que saltar el muro (éste un poco más alto) situado a la derecha. A continuación, marchamos sobre un rastro/senda bien clara, que nos devuelve al camino de la Casa del Bosque, a pocos metros del paso del arroyo; viendo antes y abajo, los restos del Molino. Y ya solo nos queda, desandar el tramo hasta el punto de partida. 

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