Tipo de Ruta: Circular Dificultad: Baja (IBP: 19)
Recorrido: 5,9 km Ciclable: SI
Tiempo Total: 1:16 horas Tiempo en Movimiento: 1:04 horas Altitud
mínima: 1132 metros
Altitud máxima: 1167 metros Desnivel
positivo: 35 metros Desnivel
negativo: 36 metros
Desnivel acumulado: 71 metros Fuentes:
SI Sombras:
30%
Recomendada: todo el año Realizada: 10-08-2020 Señalizada: NO
Tiene una población en torno a los mil ochocientos habitantes; cuyo gentilicio es rascafriense. Está comunicado por la ctra M-604 y M-611. El transporte público lo cubre la línea 194 desde el Intercambiador de Plaza de Castilla y la 194A, desde Buitrago de Lozoya. El paseo está repleto de patrimonio y riqueza natural; destacando el Real Monasterio de Santa María del Paular.
Desde la Av. de Cascajales, en el margen izquierdo del río Artiñuelo, dirigirse aguas abajo y cruzarlo en la primera oportunidad para continuar por la calle/camino en la otra ribera y pasar sobre el río Lozoya. Formado por la fusión de varios cursos fluviales, los primeros arroyos de las faldas de Valdesqui, Cabezas de Hierro y Peñalara, se unen en el Río de la Angostura; cuyo nombre cambia al unirse el Arroyo del Aguilón. Precisamente es de destacar éste por tener una elevada biodiversidad, ser el arroyo más caudaloso y provocar en su tramo medio las Cascadas del Purgatorio.
Girando
en el primer desvío, se continua junto al río hasta el Puente Rojo (1,5km), donde el camino se
distancia para entrar en el Bosque Finlandés. Por la
variante del Camino Natural Valle del Lozoya, entre grandes ejemplares de
pinos, chopos/álamos, abedules y abetos, se hace una
pequeña incursión a la derecha; para ver la sauna y el lago producido por el
canal artificial que se adentra en la zona.
Luego toca a la izquierda, para acercarse a la zona de la Fuente del Botijo, donde me figuro que el búcaro lo traerían los mayores, cuando se reunían en tiempos pasados para intercambiar impresiones; pues no veo el símil en la fuente. Lo qué si hay junto a ella, son unos asientos tallados en los propios troncos de árboles muertos. La salida del bosque se hace al Camino de los Batanes o del Papel, junto al Puente del Perdón.
Servía a los monjes de vía de acceso hacia el molino de papel de Los Batanes. De aquí salió el papel con el que se imprimió la primera parte del Quijote. En la Edad media, los malhechores eran juzgados aquí por los Quiñones y caso de ser condenados, eran traslados a la Casa de la Horca para ser ejecutados. Otros quedaban perdonados tras la deliberación y de ahí el nombre.
Cruzado el río Lozoya, se toma dirección al pueblo y se ve a la izquierda el Monasterio de El Paular. Rodeado de chopos, álamos negros o pobos, de quién al parecer debe su nombre, existe por una promesa del Rey Enrique II de Trastamara; en pago de todo lo que destruyo en sus campañas contra los franceses. Encomendando a su hijo Juan I de Castilla, la creación del monasterio; éste mando edificar unos pabellones de caza y una pequeña iglesia llamada Santa María del Povolar; en el año 1390.
Las obras comenzaron probablemente bajo la dirección del maestro mayor de la catedral de Toledo, Rodrigo Alfonso, pasando en el año 1392, a ser dirigidas por el arquitecto árabe segoviano Abderrahaman. Lo más destacable del Paular son: los claustros, el refectorio, el transparente, el atrio de la iglesia, el retablo del altar mayor, la biblioteca y los jardines y patios.
En un templete del
claustro/cementerio, se encuentran cuatro relojes de sol, con orientación Sur,
Sureste y Suroeste; siendo uno de ellos es el más importante, al ser el único
que existe en España marca horas babilónicas (horas que han pasado desde que
sale el sol).
El monasterio fue centro de la
vida económica y política del Valle del Lozoya, hasta la desamortización de
1835. En 1876 un decreto lo declaró monumento nacional, pero hasta 1951 no
comenzó a recuperar su esplendor. En esta fecha se cede en usufructo a la Orden
de los Benedictinos, excepto el Pabellón de Caza y el Palacete de Enrique III,
que se convierte en el Hotel Santa María del Paular.
El
paseo puede ampliarse con la visita a La
Cartuja y el Arboreto Giner de los Ríos, para luego andar la senda temática del Camino Natural Valle del Lozoya; con
numerosos paneles informativos y entre centenarios chopos. Poco antes del final
se ve enfrente el aserradero de la Sociedad
Belga del Paular, se deja a la derecha la zona de ejercicios para
mayores y se cruza la ctra M-604, frente a la Oficina de Información y
Turismo.
A continuación, viendo al otro lado de la carretera el antiguo cementerio y la Fábrica de Chocolate, se sube por la c/. Ibañez Martín hasta la ribera del Río Artiñuelo y viendo una primera pasarela, luego el Puente de Pericotón con un arco de medio punto; que no puede disfrutarse por la exuberante vegetación. Después está el Puente de Manola y se llega hasta la c/. Jaramilla; por la que se pasa al otro lado del río.
Prosiguiendo
de frente por c/. de la Amargura se alcanza la Iglesia de San Andrés, en el punto más alto del
paseo y por c/. de los Reyes, se baja hasta la Plaza de la Villa, donde se verá
el ayuntamiento; en lo que fueron los antiguos colegios.
De
nuevo junto al arroyo, se ve el monumento de La Manola y por los estrechísimos
callejones se sale a la Av. del paular y ctra M-604; por cuyo trazado se cruza
el Río Artiñuelo para acercarse a ver El
Pilón; fuente de un solo caño, en el antiguo toril donde se guardaban las
reses en invierno.
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