domingo, 9 de febrero de 2020

Lozoya, ruta 03 Camino Viejo de Segovia, Puerto de Navafría, Pico del Nevero, Mirador del Cuervo

Lozoya, Colada de Lozoya al Puerto de Navafría, Arroyo de la Fuensanta, Puerto de Navafría, Alto del Nevero, Pico del Nevero, Hoyos de Pinilla, Mirador del Cuervo, Arroyo del Palancar, Camino de Peñas Huecas.


M A P A      P E R F I L      Track KML      F O T O S      W I K I L O C      Análisis IBP

Tipo de Ruta: Circular      Dificultad: Alta (IBP: 130)     Recorrido: 17,4 km     Ciclable: NO

Tiempo Total: 5:44 horas  Tiempo en Movimiento: 4:34 horas  Altitud mínima: 1455 metros

Altitud máxima: 1545 metros   Desnivel positivo: 425 metros   Desnivel negativo: 424 metros

Desnivel acumulado: 849 metros      Fuentes: SI       Sombras: 50%     

Recomendada: todo el año      Realizada: 08-02-2020      Señalizada: NO



Descripción:

Los objetivos de la ruta son por orden: andar el Camino Viejo de Segovia o Colada de Lozoya al Puerto de Navafría-, subir al Pico del Nevero –el más alto de los Montes Carpetanos-, ver las lagunillas conocidas como, Hoyos de Pinilla, por estar dentro del T.M. de éste pueblo y disfrutar de las vistas del Mirador del Cuervo.


Dejando de lado el antiguo camino, el resto puede verse con un recorrido que no supera los ocho kilómetros; desde el Puerto de Navafría o desde el Área Recreativa de Las Lagunillas.

Nuestra finalidad, sin embargo, es más ambiciosa en recorrido, desnivel y dificultad, superando si es posible los mil metros; cosa que hemos conseguido con creces; sobre todo en la dificultad, al declararse una ventisca de nieve en el meridiano de la ruta y punto más alejado de zona habitable.

Comenzamos la marcha en la plaza de la Iglesia Parroquial El Salvador; en el mismo pueblo de Lozoya, saliendo por c/. de San Juan. Subimos unos escalones, cruzamos la ctra M-637 y continuamos de frente por el Camino Viejo de Lozoya; que yo he denominado de Segovia, para diferenciarlo de los que unen los pueblos del valle.  

Vemos el panel informativo del km-1, de los Caminos Naturales del Valle del Lozoya, al finalizar las viviendas cruzamos el Arroyo de la Fuensanta y frente a unos corrales, el camino vira a derecha; enfilando al norte. Pasamos el hito del km-2 y llegados a una bifurcación (2,28km), dejamos el camino/pista y tomamos el ramal de la izquierda que denota estar en desuso; aunque sí, se reconoce la senda transitada.

En éste tramo de quilómetro y medio, se cruza la carretera tres veces, se roza la Curva del Grillo –una curva muy pronunciada de la carretera- y además hay un corto espacio, en que el camino y senda ha desaparecido (posiblemente desde la construcción de la calzada); pero el terreno es andable y solo supone, vencer una corta pendiente y salvar el quitamiedos de protección.

Al otro lado de la carretera, estamos dentro del P. N. de la Sierra de Guadarrama y el camino vuelve a ser bien visible. Más arriba, dejamos a la izquierda una caseta/refugio y desembocamos junto al pequeño aparcamiento del Puerto de Navafría (1:50h – 5,9km), cruce de caminos y límite de provincias y autonomías. El trazado desde el primer cruce con la carretera, hasta el puerto; coincide con la vía pecuaria Colada de Lozoya al Puerto de Navafría.

Con sentido hacia poniente y sobre el rastro del PR-M 32, pasamos un torno y entramos en tierras segovianas de Navafría. Vemos el desvío al Área Recreativa de Las Lagunillas, junto al cual hay un poste indicativo y da comienzo, la larga pendiente que termina en el Alto de Nevero; con rampas de hasta el 38%. Subida durante la cual, el tiempo se desentiende de lo previsto y suelta una leve granizada.

Con una limitadísima visibilidad, avanzamos y vemos, o mejor digo imaginamos a siniestra, el gran nevero que se almacena por encima del hoyo de las lagunillas. De nuevo en la Comunidad de Madrid y entre restos de trincheras y edificaciones o muros cortavientos de la guerra civil, aparece de golpe, el robusto vértice geodésico del Pico del Nevero (3h – 9,24km – 2.208m), o simplemente Nevero.

En el punto más alto del tramo serrano, entre el macizo de Peñalara y el Puerto de Somosierra, que son los Montes Carpetanos y novena posición del ranking de los dosmiles del Guadarrama; se desata la naturaleza con una tormenta de nieve y viento; que nos hace sufrir una fuerte sensación térmica y nos obliga a recurrir a todo nuestro material de protección.

Orientándonos con respecto al punto geográfico y localizando la senda que baja hacia el sureste; la seguimos y gracias a estar muy bien señalizada, con hitos de piedra; nos facilita su seguimiento, sin tener que consultar el gps, llegando en menos de veinte minutos, a los Hoyos de Pinilla (9,90km), al borde de lo que fue una morrena glaciar.

En éste pequeño circo, rodeado de lanchas pulidas, por el milenario trabajo del rozamiento glaciar, se forman dos lagunas, semejantes a las de Peñalara; aunque de menor entidad, no dejando de tener su singularidad, que recuerda el fenómeno geológico, que cubría el Guadarrama hace miles de años, y cuyas huellas aún perduran.

Tomado el tentempié y el calentito café, y sin haber podido apreciar la belleza del lugar por la intensa niebla, proseguimos por la senda y sobrepasado un muro de piedra, regresamos al T. M. de Lozoya; llegando poco después al Mirador del Cuervo (3:55h – 11,1km).

Estupendo balcón sobre un colmillo de cuarzo, desde el que deberíamos haber disfrutado de la preciosa vista del Valle del Lozoya y sus pueblos, los Altos del Hontanar, Sierra de la Morcuera y Cuerda Larga; pero que hoy también nos lo perdemos.

Haciendo un atajo de algo más de medio kilómetro, por terreno de fácil andadura, salvamos el incipiente Arroyo del Palancar y enlazamos con el camino que une las dos áreas recreativas de; Las Lagunillas y El Mirador. Justo en éste momento salimos del Parque Nacional y tomando a la diestra; pasamos muy cerca del Área Recreativa El Mirador –que queda a siniestra- y en la siguiente bifurcación (4:30h - 12,9km), dejamos el buen camino; para virar otra vez a la derecha.

Un camino pedregoso, que lleva hasta el Arroyo del Palancar (13,5m), que tenemos que volver a vadear; ahora bastante más crecido. Al otro lado continuamos por un trazado embarrado y luego alfombrado de hojas de roble. El día, por fin se despeja y divisamos el Embalse de Pinilla y toda la panorámica que antes no pudimos.

Llegados a otro cruce (15,2km), proseguimos de frente por el Camino de Peñas Huecas, que luego se enmarca entre muros de piedra y robles. El añejo camino termina en una barrera, pasamos junto al depósito de agua del pueblo y andamos cercano al cauce, que ira reuniendo las aguas de todos los arroyos que hemos abarcado en nuestro recorrido; finalmente cruzamos el Arroyo de la Fuensanta, cuyo nombre ha predominado sobre el resto de los arroyos y terminamos la montaraz y aventurera ruta.

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