Tipo de Ruta: Circular Dificultad: Baja (IBP: 37) Recorrido: 14,1 km Ciclable: SI
Tiempo Total: 2:50 horas Tiempo en Movimiento: 2:35 horas Altitud
mínima: 591 metros
Altitud máxima: 696 metros Desnivel positivo: 98 metros Desnivel negativo: 95 metros
Desnivel acumulado: 193 metros Fuentes: NO Sombras:
10%
Recomendada: Todo el año Realizada: 04-02-2020 Señalizada: NO
Descripción:
A tener en cuenta que se entra en propiedad privada (aunque afectada por el Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama) y coto de caza, por lo que habrá que tener en cuenta; temporada y días hábiles, para no tener problemas.
No obstante, me
asaltan varias dudas: primero, que parte del trazado discurre dentro del Parque Regional de la Cuenca Media del Guadarrama y no he visto señal alguna, de cuando
estoy dentro o fuera, suponiendo que debe ser zona pública; y segundo, que el
coto no está vallado y cerrado, presentando dudas en cuanto a sus límites, ya
que solo de vez en cuando sobre los árboles, se ve la placa de coto.
También
antepongo que, a la vista del desnivel el recorrido, se puede catalogar como
paseo y dificultad <baja>, pero que nadie se venga a engaños, hay varios
hechos, que la elevan al nivel de ruta.
Para realizarla
en familia, aconsejo empezar por donde se regresa, llegando hasta el acueducto.
En esta bifurcación, tomar a la derecha, pasando junto a los restos del molino
y seguir el Camino de Romanillos.
La ruta por mi
realizada, parte de la Av. de El Pastel, junto a la ctra M-513 –carretera de
Boadilla a Brunete-, y sigue por la misma avenida, pasando una rotonda y
salvado por un puente, la fuerte depresión del Arroyo
de Prado Grande.
Se gira a
izquierda por c/. Jorge Juan y deja la zona edificada, bajando un terraplén
–primer contratiempo- y adentra en el monte, sin senda ni rastro alguno que
seguir. Siendo necesario tener un visor del track; móvil o gps, o buen sentido
de la orientación. Andado un kilómetro por monte bajo, sin dificultad, se
enlaza con un camino (1,80km) y una alambrada por la izquierda.
Al finalizar
ésta, se deja el camino y se cruza el Arroyo del
Calabozo. Aquí radica el punto más crítico, primero la bajada, por un
rastro de jabalíes y segundo, que no solo es cruzar el arroyo; si no que, hay
que andar unos metros por él y si lleva agua –raramente-, pues continuar por el
camino hasta las viviendas y cruzarlo por un puente.
Superado el
trance, se sube la otra ladera, se salta una alambrada –ya desmontada- y se
camina hacia la derecha, viendo como el cercado ésta desmantelado, de aquí en
adelante. A continuación, se conecta con el Camino de Romanillos (2,60km); punto por donde se accedería de no
haber podido cruzar el arroyo.
Por el estupendo
camino, entre grandes encinas, se gana altura y en la bifurcación con la Vereda de la Venta
de San Antón (3,3km), continuamos a siniestra -límite con el T.M. de Majadahonda-,
llegando en dos pasos a la zona de Romanillos
(0:48h – 3,7km – 696m). Una planicie de medio kilómetro, en
cuyos extremos hay dos grandes corrales de obra, a semejanza de plaza de toros,
con vivienda adosada, para los cuidadores del ganado; que actualmente son
ovejas.
Iniciado el
descenso con dirección noroeste, en la bifurcación (5km), se deja la vía
pecuaria y se continua por el ramal de la izquierda hasta llegar al mismo Río
Guadarrama (1:14h - 6,1km); confluencia también, con el T.M. de
Villanueva de la Cañada.
Seguir aguas
abajo, por el ancho camino; viendo al otro lado el Centro Europeo
de Astronomía Espacial y el Castillo de Aulencia; que al
parecer, están esperando a que se caiga del todo.
La ruta
realizada va junto a la ribera, por ver la unión con el Río Aulencia, lugar que
no tiene más interés que el anecdótico.
De nuevo en el
camino, en la bifurcación (8,7km – 594m), punto más bajo de la ruta; se sube por el
ramal de la izquierda y setecientos metros después, girar a la derecha. Con una
ligera bajada y un remonte se vuelve a enlazar con el Camino de Romanillos (10,5km), por el que andado medio kilómetro se
deja para atajar y llegar a la parte alta del acueducto.
Bajar hasta el
camino y acercarse unos metros a la derecha, para ver los restos del molino, dos pozos donde se dejaba caer el agua que venía
por el acueducto.
Desandados esos
metros, se cruza el Arroyo de Prado Grande –que
ha reunido las aguas del Arroyo del Calabozo y Arroyo del Palomar-, por una
plataforma cimentada y salimos del monte; viendo junto a la ctra M-513, el
letrero del Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama.
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