Tipo de Ruta: Circular Dificultad: B / M (IBP: 50)
Recorrido: 19,9 km Ciclable: NO
Tiempo Total: 5:09 horas Tiempo en Movimiento: 4:07 horas Altitud
mínima: 497 metros
Altitud máxima: 600 metros Desnivel
positivo: 436 metros Desnivel
negativo: 436 metros
Desnivel acumulado: 872 metros Fuentes:
NO Sombras:
30%
Recomendada: todo el año Realizada: 02-04-2019 Señalizada: NO
Descripción:
Aún quedando en Martes a conveniencia de la mayoría, está claro que
primero es la obligación y después la devoción, pues finalmente somos solo
cinco los participantes; Carlos, Enrique, Jorge y Julián, que hoy se ha unido a
la marcha; ruta que parte del aparcamiento del Castillo de La Adrada, que fue de Don Álvaro de
Luna, al final de la c/. Subida al Castillo.
Con dirección Sur, dejado el pueblo seguimos un buen camino y
sobrepasando dos cruces, seguimos el cauce de un reguero y entrados en el T.M. de Higueras de
las Dueñas, una alambrada nos obliga a rodearla por la izquierda para entroncar con
otro mejor camino que nos acerca al Río Tietar (4km). Paralelo a éste y siguiéndolo
aguas abajo llegamos al cruce del Camino de la Iglesuela y el Camino de Fresnedilla, donde está el Puente Mosquea (1:10h – 5,33km).
De solo un arco y situado en el Camino de Fresnedilla, Higuera
de las Dueñas y Escalona; además de una importante cañada de la Mesta. Es el de
más envergadura que descansa sobre una sólida sillería de piedra, las bases de sus
dos pilares, está reforzada con recios tajamares para cortar la corriente de
agua. Su paso con pendiente a ambos lados, es de los denominados lomo de camello.
Cruzado el
puente y por el Camino a
Fresnedilla en cuatrocientos
metros y de nuevo en tierras de La Adrada, estamos ante el Puente
Chico, coqueto
puentecito que parece echo para niños, sobre el Arroyo de la Cercá, afluente del Tiétar. Sin datación exacta, se
considera de origen romano tardío.
Girando al Oeste
y por el mismo cauce del arroyo, ya que está completamente seco, nos
reencontramos con el Tietar (6,16km).
Lo acompañamos
hasta finalizar el cercado que encontramos a siniestra, y visto una fuente /
abrevadero (7,14km), proseguimos de frente por un pequeño
rastro pero muy bien definido, que más o menos cercano al río finaliza en la ctra Av-930 y el Puente Mocha (2:04h
– 7,14km) también catalogado
como romano y que posiblemente fue afianzado/acondicionado en el siglo XVI,
para facilitar la comunicación entre Yuste y
El Escorial.
Volvemos a
cruzar el Río Tietar y por su otra orilla, continuamos hasta encontrar un pequeño
muro de piedra que saltamos. De nuevo sobre senda, traspasamos un cercado por
una puerta al efecto y luego por camino llegamos al enlace con la Garganta de Valdetejo o Río Escorial (3:29h – 12km – 499m), punto más bajo de la ruta. Abandonando
el Tietar, seguimos el arroyo setecientos metros en dirección Norte y nos
desviamos a izquierda para ver los restos del Puente del Vao, pues solo quedan los tres pilares de lo
que tuvo que ser el mejor de todos. Al parecer una riada en 1920 se lo llevo
por delante.
Regresamos al
camino y tomando hacia el Este, pasamos dos cruces de caminos para ir girando
otra vez al Norte y alcanzar el Puente Nuevo (4:28h
– 16,5km) también sobre la Garganta del Escorial y Camino
Viejo de Piedralaves. Hermoso por su sencillez y emplazamiento, se encuentra en el
Camino Viejo de Piedralaves y en un pilar se ve una leyenda con la fecha de su
construcción de 1791.
Ya solo queda andar
hacia el Este, los tres kilómetros que nos separan del pueblo, la mayor parte
por el trazado del GR-180 que tras pasar dos cruces de caminos llega a la ctra AV-930 (18,3km). Cruzada
ésta pasamos junto a una fuente con grifo, en la que todos bebemos. Remontamos
el Cerro del Torrejón, coronado por
el fabuloso castillo y damos gracias porque la lluvia nos ha perdonado.
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