viernes, 4 de junio de 2021

Braojos de la Sierra, ruta 12 Dehesa Boyal, Molino del Vadillo, arroyo del Cigüeñuela

Braojos de la Sierra, Iglesia de San Vicente Mártir, Senda El Ejido, Vereda del Lomo, Dehesa Boyal, Mirador de las Apilaches, arroyo de la Dehesa, Molino del Vadillo, Reguera de Gascones, Camino del Molino, Vereda del Molino, Arroyo de la Cigüeñuela, Cañada de la Puente Ancha, Camino de Braojos a Gascones.

M A P A      P E R F I L      F O T O S      Track KML      W I K I L O C      Análisis IBP

Tipo de Ruta: Circular      Dificultad: B / M (IBP: 53)       Recorrido: 15,3 km      Ciclable: SI*

Tiempo Total: 5:06 horas     Tiempo en Movimiento: 3:36 horas      Altitud mínima: 1106 metros  

Altitud máxima: 1471 metros      Desnivel positivo: 587 metros      Desnivel negativo: 589 metros

Desnivel acumulado: 1176 metros      Fuentes: SI       Sombras: 25%     

Recomendada: todo el año      Realizada: 02-05-2021      Señalizada: SI*

Descripción:

Nota 1: Ruta ciclable con pequeñas variantes

Nota 2: señalizada en los tramos de sendas locales

Tras la agradable ruta al Puerto de Peñaquemada en diciembre del pasado año, vuelvo a éste pequeño pueblo perteneciente al Valle Medio del Lozoya, junto con diez pueblos de su entorno, para recorrer parte de las sendas locales en compañía de Ángel, Rafa, Rosa, Victorino y dos Vicentes; pasando por La Dehesa, El Molino de Vadillo, El Arroyo de la Cigüeñuela y Senda al Molino del Palancar .

Las tierras que hoy comprende el T. M. de Braojos de la Sierra, en 1906 pasó a formar parte de la Comunidad de Villa y Tierra de Buitrago; por mandato del rey Alfonso VI que asignó términos a esta población. Desde ese momento, comenzó a regirse según las ordenanzas de la mancomunidad, aunque Braojos llegó a tener ordenanzas propias y fue además cabecera de uno de los siete cuartos; que comprendía la tierra de Buitrago

El punto de encuentro será la Plaza del Sol, donde estacionamos los vehículos y está la Casa Consistorial. Salimos por c/. Cazorriles, tras las indicaciones de dos sendas locales y luego continuamos por c/. Cantarranas y Callejón Cantarranas, para subir hasta la Iglesia de San Vicente Mártir, apodada la catedral de la sierra norte; por su riqueza arquitectónica y patrimonial que tuvo.

A través de la c/. Viento y c/. Norte, regresamos a la c/. Cantarranas, en cuyo cruce vemos la Fuente de la Ceja; que no tiene grifo y la toma del agua se hace desde la arqueta en el mismo manantial. A continuación, dejamos a la derecha la c/. Eras a la que regresaremos para andar la Senda El Ejido y metros después torcemos a la izquierda por un callejón para ver el árbol singular nº218 Bardaguera Blanca de Braojos; dentro de la finca junto al muro de piedra y en la esquina con la calleja de la derecha.

De nuevo en la c/. Eras, en la bifurcación, seguimos el ramal de la izquierda pasando junto al polideportivo y viendo una fuente de la guerra civil –a tenor de lo poco que se puede leer- antes de pasar bajo las vías de la antigua línea Madrid – Burgos. Unos doscientos metros después, una señal indica dejar el camino y seguir por senda (no hay rastro) para en otro tanto llegar al final donde otra señal indica que hay un bunker y una Carbonera. Lo primero si lo vimos, pero no así lo segundo, pues la vegetación está cubriéndolo todo.

Aunque la señal en la zona de El Ejido, indica a 0.8km la ruta de La Dehesa, aconsejo regresar a la bifurcación de la c/. Eras y girando a izquierda subir hasta la c/. Carmen; por cuya prolongación y vía pecuaria Vereda del Lomo, es trazado de la ruta a La Dehesa. En algo más de un kilómetro estamos a la puerta de La Dehesa Boyal, una vez qué en el desvío anterior, hemos tomado el ramal de la izquierda.

Tenemos por delante casi cuatro kilómetros, posiblemente los más bonitos, con la mayor parte en sombra, donde veremos ganado vacuno, un abrevadero y desde el Mirador de las Apilaches –que no de los Apalaches- el pueblo y el Valle Medio del Lozoya, la Sierra Escalba y parte de la Sierra del Rincón. Poco después de cruzar el Arroyo de la Dehesa, alcanzamos la máxima altura (1:56h - 7,3km – 1.464m) de la ruta y también se otea un gran horizonte.

Luego salimos de la Dehesa con dirección oeste, ignoramos un desvío a la diestra y el camino toma rumbo sur, pasando poco después otra puerta. En algo memos de medio kilómetro, hay un pequeño roquedal a siniestra del camino, que otro excelente mirador natural. De regreso al camino, lo cruzamos y por campo a través (totalmente despejado y muy andable) llegamos al inicio de otra calleja.

En la entrada hay una baliza de la antigua senda 3 (del Molino) y a 180 metros, en la finca de la derecha y a diez metros del muro; esta solitario el Fresno de la Reguera II, A. S. nº69, con hito identificativo, pero le han quitado la chapa. Desandamos la calleja y proseguimos cercano al muro, girando hasta llegar al cruce, en el que continuamos de frente.

Vadeado un regato, bajamos hasta el Camino del Molino y vía pecuaria Vereda del Molino, pasamos junto a la casa y descendemos hasta el Arroyo de la Cigüeñuela; donde se ve reformado el antiguo Molino del Vadillo. Desde el arroyo, parte la Reguera de Gascones, una bonita cacera por la que andamos unos metros y donde optamos por hacer la parada técnica.

De nuevo en el Camino del Molino, marchamos con dirección al pueblo, volviendo a cruzar el regato y vista la indicación de la senda a la derecha, la seguimos y cruzando otra acequia y el Arroyo de la Cigüeñuela, salvamos el trazado ferroviario por un puente. Desde aquí seguimos un camino por el mismo recorrido que la vía pecuaria Cañada de la Puente Ancha.

De nuevo volvemos a pasar sobre el Arroyo de la Cigüeñuela, viendo que es posible atajar por el túnel del arroyo si no viene crecido. Dejando a la izquierda el Camino del Mijar o Hijar, llegamos al Camino de Braojos a Gascones, siguiéndolo a derecha hasta el desvío a unos trescientos metros por donde giramos siguiendo la Senda al Molino del Palancar. 

A sabiendas por haber hablado con una vecina en el camino, de que el molino está en ruinas, insistimos en encontrarlo, hasta llegar a la unión del Arroyo de la Dehesa con el de la Cigüeñuela; a partir del cual la maleza y vegetación hace impracticable continuar. Retrocedemos unos doscientos metros y proseguimos por otra calleja a la derecha; a pesar de tener unos maderos impidiendo el paso.

Felices y contentos por un bonito sendero, nos acercamos al Arroyo de la Dehesa y lo cruzamos sin problema, siendo a partir de aquí que la calleja que nos lleva al pueblo, es toda una acequia en la que no queda más remedio que andar por ella, acabando todos con el calzado en remojo; menos mal que la temperatura es propicia.

Por fin y muy poco antes de llegar a la c/. de Buitrago, la cacera se aparta del sendero y entramos en la rehabilitada calle cuyo presupuesto ha costado cuarenta mil euros; dando por finalizada la diversificada ruta.

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