Miraflores de la Sierra, Puerto de la Morcuera, PR-M11, Loma de Bailanderos, Collado de la Najarra, Refugio de la Najarra, La Najarra, SL-04 de Miraflores de la Sierra.
Tipo de Ruta: Circular Dificultad: B / M (IBP: 59)
Recorrido: 6 km Ciclable: NO
Tiempo Total: 2:37 horas Tiempo en Movimiento: 1:49 horas Altitud
mínima: 1759 metros
Altitud máxima: 2.120 metros Desnivel
positivo: 375 metros Desnivel
negativo: 375 metros
Desnivel acumulado: 750 metros Fuentes:
NO Sombras: 0%
Recomendada: primavera / otoño Realizada: 02-11-2017 Señalizada: NO
Descripción:
Nos trasladamos
al Puerto de la Morcuera, situado en la ctra M-611 –km:17,2 entre los T. M. de
Miraflores de la Sierra y Rascafría. Ésta carretera construida en tiempos de la republica, es la única
finalizada de los trazados propuestos; entre los que estaban; Cercedilla a
Valsaín, con un ramal que enlazaba los Puertos de la Fuenfría y el de
Navacerrada, por la cara sur. Madrid - Sierra de
Guadarrama, por el Pardo y otro que uniría los Puertos de la Morcuera y el de Cotos por la Cara Norte de la cuerda
larga.
La marcha
propuesta, es llegar hasta Bailanderos o Asómate de Hoyos, regresando por La
Najarra.
En el puerto, nos
asaltan las dudas de poder realizar la ruta prevista, pues encontramos más niebla de la que se avistaba desde el pueblo, no obstante, tras un cambio de
opiniones tiramos para adelante, iniciando la marcha a las 9:30h.
Pasamos junto al
estupendo cobertizo, subimos los escalones y traspasamos la empalizada, para
seguir el sendero PR-M11, que recorriendo casi toda la Cuerda Larga, llega
hasta el Puerto de Navacerrada.
Ascendiendo
hacia la Loma de Bailanderos, en algún corto espacio de tiempo pensamos que lo
lograríamos, pero como digo; sólo fueron unos minutos, durante los que se
levanto la niebla y nos dio esperanzas.
La senda pasa junto a unos
pilares/basamentos, que soportarían un puente sobre un arroyo, de la
anteriormente mencionada carretera que uniría Cotos y La Morcuera. Muy cerca del
collado nos llevamos la sorpresa de encontrar una gran manada de cabra montes.
Es un bóvido de menor tamaño que un ciervo y de complexión
fuerte y robusta. El macho tiene una cornamenta grande, sin ramificar, que se
desvía ligeramente hacia atrás, gran extensión de manchas negras; así como barba
y mayor corpulencia- La hembra es pequeña y delgada. Su pelaje, de color varía,
desde el gris parduzco al pardo claro por el dorso y blanco por el vientre, cambiando a lo largo del año. El hocico es algo más corto que en la cabra doméstica. De hábitos
diurnos en invierno, se va haciendo nocturna en el verano. Tímida y tranquila,
tiene un gran olfato y oído. Está dotada para andar entre rocas y saltar por
paredes casi verticales o incluso hielo.
Llegados al
Collado de la Najarra (2,4km), comprobamos que la climatología no mejoraba, al
contrario, empeoraba con fuerte viento y riesgo de lluvia, así que giramos y
nos fuimos por la Cuerda Larga; que debido a la poca visibilidad, más bien
parecía, la cuerda corta.
Por supuesto
llegamos al “Refugio de La Najarra” (3,10km), con letreros de ¡peligro de
derrumbe!, que algunos desoyeron, entrando unos segundos. En este punto el
viento que soplaba del Sur y sumada la “sensación térmica” era frío, bueno,
muy frío; vamos que hacia un frío del carajo.
Buscamos en las mochilas, guantes
y pasamontañas y corrimos en busca de La Najarra. Dejando a la derecha el
desvío (3,85km) de la senda que baja al Hueco de San Blas, por la
Majada de la Porra.
Alcanzada La
Najarra (4,10km), nos refugiamos en el roquedal de su vértice geodésico y
tomamos el correspondiente tentempié y un cafecito calentito.
Reanudamos el
recorrido, bajando por el SL-04, sendero local de Miraflores, bien señalizado
con las franjas blanco y verde. En el segundo roquedal un componente lo cruza
buscando una fuente, nosotros continuamos la senda y según veo posteriormente
en el mapa del IGN, estaba muy cerca del sendero y la derecha de él, según
bajábamos.
Nos volvemos a
reagrupar y poco más abajo nos dividimos, tomando unos, el rastro que baja
dentro del T.M. de Rascafría, mientras Fernando y yo seguimos el sendero local,
que serpentea entre retamas y monte bajo, en territorio de Miraflores de la Sierra.
Al encontrar unas
pequeñas rocas, decidimos aprovecharlas y saltar al otro lado, para unirnos al
resto del grupo y regresar al punto de partida. La ruta ha sido
corta, no hemos podido disfrutar de las vistas que ofrece el camino, pero
siempre queda el buen rato pasado entre amigos.
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