Soto del Real, Cañada Real Segoviana, Embalse de los Palancares, arroyo de Mediano Chico, arroyo del Mediano, Lagunilla del Lomo, Camino Forestal de San Blas, Camino de la Peña del Madroño, Cordel de la Morcuera, Ermita Nuestra Señora del Rosario.
M A P A P E R F I L F O T O S Track KML W I K I L O C Análisis MIDE
Tipo de Ruta: Circular Dificultad: M/A (IBP: 72)
Recorrido: 19,8 km Ciclable: NO
Tiempo Total: 4:30 horas Tiempo en Movimiento: 4:18 horas Altitud
mínima: 927 metros
Altitud máxima: 1505 metros Desnivel
positivo: 671 metros Desnivel
negativo: 671 metros
Desnivel acumulado: 1342 metros Fuentes:
NO Sombras:
15%
Recomendada: todo el año Realizada: 31-12-2022 Señalizada: NO
Descripción:
Para despedir el año y gastar unas pocas
calorías de la variedad del surtido navideño, propongo a Santiago hacer la
clásica ruta del Huego de San Blas, facilón pero largo paseo, que se adentra en
los términos municipales de Soto del Real, Manzanares el Real y Miraflores de
la Sierra. El punto central del recorrido está situado a los pies del Risco de
la Herrada, El Hoyo Cerrado y el Collado de La Najarra.
El punto de partida lo situamos en el Camino de Navalmoral, donde estaciona el vehículo y Lola puede desahogarse desde el principio; a metros de la Cañada Real Segoviana. Siguiendo a la izquierda por la ancha vía pecuaria, llegamos al cruce del Camino Mendocino, por el que continuamos al noroeste pasando junto al depósito de agua, hasta cruzar un paso canadiense; donde en la curva dejamos el camino por una senda / atajo (2,3km), con marcas del GR-10.
Rodeado el Embalse de los Palancares
(3,3km), continuamos en el mismo sentido, cruzando el arroyo del Mediano Chico y poco antes de cruzar el arroyo del Mediano (5,2km), entramos en tierras de Manzanares el Real. Pasado el pequeño aparcamiento
de Las Pozas y luego de la barrera que impide el paso de vehículos; proseguimos
por la pista del Camino de la Avutarda, entrando en el pinar.
La ruta entra dentro del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y acordándonos de la Lagunilla del Lomo, nos preguntamos si tendrá agua. Pensarlo y hacerlos es todo uno, llegados a la senda de la Herrada (6,65km), subimos por ella y obtenemos el premio de verla (a la tercera vez que pasamos por ella) con un nivel medio de agua; alcanzando en éste punto la máxima altura del recorrido.
De nuevo en el Camino de la Avutarda,
pasamos sobre el arroyo de la Herrada y en el corazón del Hueco de San Blas; disfrutamos de la vista que
abarca desde los Riscos de la Herrada, Peña Lindera, Bailanderos y Collado de
la Najarra. Cruzado de nuevo el arroyo del Mediano, pasamos junto a la Puerta del
Hueco de San Blas, del Parque Nacional y salimos de él, continuando de frente.
Cruzando
otro paso canadiense, seguimos por el Camino Forestal de San Blas,
pasando otra vez sobre el arroyo del Mediano Chico, entrando poco después en el T. M. de Miraflores (13,4km) y prosiguiendo acto seguido a la derecha; por el Camino de la Peña
del Madroño. Salvados los arroyos del Barranco de Hoyuela y de los Eriales,
estamos en el cruce de caminos (15km); al pie de Ermita de San Blas.
San Blas fue un médico y obispo de Sebaste (Armenia) que curó con la imposición de manos, a un niño que no podía respirar, por tener una espina de pescado atravesada en el gaznate. Patrón de los otorrinolaringólogos y al que las madres repiten, cuando la criatura se les pone azul; San Blas bendito, que se ahoga el angelito. El célebre milagro ocurrió en el año 316, poco antes de sus enemigos paganos le cortaran el pescuezo.
Aunque sin acercarnos al oratorio, hago una plegaria, pues precisamente mí garganta necesita toda la ayuda que sea posible. Dando de lado a la calle/camino por donde sigue el GR-10, torcemos por la derecha para seguir el trazado del Cordel de la Morcuera, andando un bonito tramo hasta entroncar con la Vereda de la Calleja de las Suertes y Camino de Cruz de Toribio. Seguida a la izquierda hasta el siguiente cruce (16,8km), giramos a derecha por una amplia calleja
que desemboca en el Camino del Cubillo del Tieso; llegando poco después a la Ermita de Nuestra Señora del Rosario , a la que subimos para otear la estupenda vista de La Pedriza y La Najarra. Poco más abajo volvemos a encontrarnos con la Cañada Real Segoviana y por ella finalizamos la más que distraída ruta, al haberle añadido la incursión a la lagunilla.
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