Tipo de Ruta: Circular Dificultad: Media (IBP: 68)
Recorrido: 14,7 km Ciclable: NO
Tiempo Total: 4:14 horas Tiempo en Movimiento: 3:11 horas Altitud
mínima: 1292 metros
Altitud máxima: 1692 metros Desnivel
positivo: 591 metros Desnivel
negativo: 591 metros
Desnivel acumulado: 1182 metros Fuentes:
NO Sombras:
50%
Recomendada: todo el año Realizada: 11-01-2020 Señalizada: NO
fotos Lynn -- fotos Santiago --- mis fotos
Descripción:
Lo primero, dar la bienvenida a Alejandro y 郑林芳 牛仔 <en español, Lynn> con cuya participación, el grupo se ha internacionalizado. Tanto Santiago como yo, esperamos que hayan disfrutado de la ruta y que nos acompañen; en las muchas aventuras que nos quedan por vivir.
Obligados por el poco tiempo de que disponemos, vamos a realizar una
ruta, homologable para todos los públicos; toda integra dentro del P. N. de la Sierra de Guadarrama. El campamento
base, será el pequeño aparcamiento del Arroyo de la Laguna de Peñalara, en el
kilómetro 38 de la carretera M-604; desde el que bajamos por el margen derecho del
regato.
Todo bien, hasta que la senda lo cruza. Momento crítico para el grupo,
en el cada cual, se las buscó para vadearlo y en el que yo; después de resbalar
en una piedra, opte por pisar seguro sobre el agua. Llegados al Camino de las Revueltas –paralelo al
Río-, lo seguimos a la diestra, volviendo a cruzar el mismo arroyo -pero ésta vez, por un puente-, y poco
después, en la bifurcación; lo dejamos para pasar al otro lado de Río de la
Angostura.
El
Alto Lozoya, es una de las zonas de mayor valor natural de la Comunidad de
Madrid. Situado entre los Montes Carpetanos, al noroeste. Cuerda Larga, al sur,
y la Sierra de la Morcuera; al Este.
Este
valle fue fundado por los caudillos segovianos Fernán Garcia de la Torre y Diaz
Sanz de Quesada. Que crearon las milicias caballerescas conocidas como “Los
Quiñones”.
Dichas
milicias estaban formadas por 100 jinetes de lanza, divididos en secciones de
28, con el único y exclusivo fin de vigilar los desfiladeros de la sierra. Las
4 cuadrillas en que estaban divididos “Los Quiñones” se denominaban; Rascafria,
Oteruelo, Alameda y Pinilla del Valle. Cuentan que aquellos que se
establecieran en este valle estaban obligados a “fabricar casa y poseer caballo
propio que valiera 200 maravedíes y sirviera para asir y portar la lanza.
Cruzadas las aguas -consideradas las más cristalinas de la zona-, por
cómodos bloques de cemento y hecho el giro de 180º, caminamos sobre la senda RV-1 de Rascafría y PR-M 25. Alrededor del kilómetro, vemos unas estupendas pozas y puesto que
ninguno nos animamos a darnos un baño; las apuntamos para el verano.
Vadeado el Arroyo de la Majada del Espino y el Arroyo de
Valhondillo, que bajan de la Ladera de
Cuerda Larga; cambia el nombre del río, pasando a denominarse Lozoya. Luego de
abandonar el ancho camino por una estrecha senda, que continua metros más
arriba de la corriente, llegamos al bonito Puente
de la Angostura (1:09h – 4,33km); que lleva nuestros pensamientos, a los
tiempos caballerescos.
De nuevo en la otra orilla y también en el Camino de las Revueltas, sobre
la mitad, del tramo que separa el puente de la carretera, el mapa nos recuerda
que estamos sobre el trazado del tren de alta velocidad, que suponemos, unos
cuantos de cientos de metros por debajo. Atravesada la ctra M-604, a poca
distancia del Embalse de la Presa del Pradillo, nos acercamos hasta la
anodina Casa de la Horca; casi
escondida entre los pinos, tal vez avergonzada de lo que allí paso.
Dada
la lejanía y el aislamiento del Valle del Lozoya, el Concejo de Segovia otorgó
a los cuatro quiñones, que por entonces componían el Alto Lozoya: Rascafría,
Oteruelo, Alameda y Pinilla del Valle. La prerrogativa real de horca y garrote,
que administraban los quiñoneros; hermandad fundada en el 1085. Una autoridad que
se ejercía a las afueras de Rascafría; junto a un puente sobre el Río Lozoya, frente
al hoy Real Monasterio del Paular.
Al
comienzo les daban matarile, a poco que hubiera alguna prueba en su contra y con
el tiempo se dilucidaba en una de las orillas del puente, la inocencia o
culpabilidad, con algo más de objetividad. Si era inocente, cruzaba el puente y
quedaba libre –por lo que el puente paso a llamarse, del Perdón. Si era
culpable, se le conducía hasta la Casa de la Horca; donde era ajusticiado.
Cuatrocientos metros después, pasamos junto a una pequeña laguna
escondida y remontamos hasta la explanada del Mirador de los Robledos (2h – 8,25km- 1.313m) con Monumento al Guarda Forestal y una
flecha que señala e indica, el nombre del accidente geográfico que vemos.
Aunque que desde que dejamos la proximidad del río, comenzó la subida,
es ahora cuando se hace más patente y, sobre todo, rodeando el cerro al que nos
dirigimos. Primero, en un tramo de algo más de dos kilómetros, con rampas de
hasta el 21% y finalmente, rematando la subida con un atajo, para vencer los 350
metros de desnivel que separan el mirador de Cabeza Mediana.
Tomado el refrigerio con café
incluido; paseamos por la loma con estupendas vistas de Cuerda Larga y
Peñalara. Pasamos por el roquedal de la Silla de Malabarba y descendemos al collado del mismo nombre. Solo nos
queda, vencer el medio kilómetro y rampa de 27% del Cerrito Sarnoso, bajar a la Sillada
de Garcisancho, y junto al Arroyo de la Laguna de Peñalara; bajar al punto de partida.
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