Tipo de Ruta: Circular Dificultad: M / A (IBP: 88)
Recorrido: 12,8 km Ciclable: NO
Tiempo Total: 5:08 horas Tiempo en Movimiento: 3:45 horas Altitud
mínima: 1694 metros
Altitud máxima: 2138 metros Desnivel
positivo: 759 metros Desnivel
negativo: 759 metros
Desnivel acumulado: 1518 metros Fuentes:
NO Sombras:
60%
Recomendada: todo el año* Realizada: 06-10-2028 Señalizada: NO
Descripción:
Nota: evitar en temporada de nieve por la pista de esquí que corta el Camino
Schmid, además del peligro que supone el tramo rocoso de la Senda Herreros o
Pata cabra.
Y le llego el
turno a Siete Picos, lo digo por el compañero Santiago, que en su listado de
rutas pendientes; ya lo había sentenciado hace algunas semanas. El perfil de
sus picos es uno de los más conocidos de la Sierra de Guadarrama y como no
podía ser de otra manera, también se alimentaron fabulas que dieron como
resultado; que asimismo se llamara Sierra del Dragón. Sus alturas algo más
humildes, con respecto a sus vecinos: Bola del Mundo, Cabezas de Hierro y
Peñalara; no resta un ápice de interés para los senderistas.
Dispuestos a
recorrerlos y pisar alguno de ellos, salimos del Puerto de Navacerrada, siguiendo la Senda Schmid
y pasados Los Cogorros; la dejamos para continuar por el segundo desvío a la
izquierda. Cruzamos el Arroyo
del Telégrafo y llegamos a
una especie de collado en el extremo oeste de la Pradera de Siete Picos (2,65km), a pocos
metros de la Senda Herreros, por la que haremos el regreso. Virando
ligeramente a derecha y en sentido Noroeste, ascendemos por una torrentera y
entre pinos retorcidos; tras los hitos y algún que otro punto en los árboles.
Conseguida la cuerda,
vemos a pocos metros el primero de los picos, que se eleva unos veinte metros con
su forma bien delimitada y rotunda, rematada con el vértice geodésico que
asevera ser el más alto de la cadena (1:10h – 3,72km – 2.138m). Hay que aclarar que éste es el Pico nº7, pues se numeran del Oeste al
Este. Visto desde Cercedilla, desde la cual se obtiene la mejor estampa; será
de izquierda a derecha y para que salgan los siete, habrá que tener en cuenta,
que el primero situado en La Pradera de Majaslana, no se ve. Así mismo la
mayoría se refieren a él, como Pico Majalasna y no como; primer pico o Pico nº
1.
Subimos hasta su
cima y nos extasiamos viendo, contando y recordando los puntos más
significativos. Al Norte: el Valle de Valsaín y los Cerros de la Camorca,
Pelado y Matabueyes. Al Suroeste, el Valle de Navalmedio, Cercedilla y los
Molinos, teniendo a nuestros pies; el abismo de varios centenares de metros,
del hoyo por donde discurre la Senda del PR-M 8. Al Este: El Puerto de Navacerrada,
La Bola del Mundo y la Maliciosa. Y al Oeste: Cerro Ventoso, el Puerto de la
Fuenfría y el Montón de Trigo.
Dejaremos a
nuestra izquierda el Pico nº6 (2.119m), el Pico nº5
(2.109m), el Pico nº4
(2.087m) y el Pico nº3
(2.097m); donde está la Ventana
del Diablo; que atravesamos y de nuevo en la senda, llegamos a una
bifurcación (5,23km); la derecha baja al Collado Ventoso.
Tomamos a izquierda y tenemos a nuestra diestra el Pico nº2 (2.093m), formado por dos cumbres que también
pisamos.
Después de la trepada,
retornamos a la senda y bajamos en dirección sur por un auténtico pedregal,
hasta poco antes de encontrar la Senda
de los Alevines, en el
extremo norte de la Pradera de Majalasna
(2:24h – 6,02km), teniendo de frente el “reducido” Pico
nº1 (1.934m),
más conocido como Pico Majalasna; el
cual opone poca resistencia a ser dominado.
Cruzada de Norte
a Sur la pradera, vemos la Fuente de Majalasna y siguiendo la Senda de los Alevines (PR-M.7),
unos metros después nos desviamos a derecha para ver el petroglifo
del buitre. Continuamos
por la senda hasta desviarnos a siniestra, atajando para salir junto a las Rocas de Laín y el petroglifo
del dragón (3:15km – 7,56km – 1.694m), en el punto más bajo de la ruta; sito
en la Senda Herreros (PR-M.8) o
Senda de la pata Cabra.
El origen de éste apodo es desconocido, algunas creencias apuntan, a que el nombre se debe a los cabreros, que en tiempos pasados traían a pastar el ganado por éstos paraje.
Lo cierto, es que el trazado desde la Pradera de Navarrulaque a la de Siete Picos, se asemeja a una pata de dicho animal.
El origen de éste apodo es desconocido, algunas creencias apuntan, a que el nombre se debe a los cabreros, que en tiempos pasados traían a pastar el ganado por éstos paraje.
Lo cierto, es que el trazado desde la Pradera de Navarrulaque a la de Siete Picos, se asemeja a una pata de dicho animal.
Proseguimos con
la vista al frente del Cóncavo de Siete Picos, pasando junto a la Fuente de los Acebos y cruzado el Arroyo Pradillo
y es el momento de apretarse el cinturón, para que no se nos caigan los
pantalones, pues viene el tramo más difícil de la ruta, con rampas del 54%;
justo cuando estemos sobre los Riscos de
Cueva Lirón. Ascendiendo en constante zigzag, con exigentes y continuos
repechos, cada metro es una aventura en la que hay que extremar la atención y
ayudarse con las manos, para superar ciertos tramos.
Ésta senda no es recomendable sin experiencia y dotes de
orientación. Exige un buen nivel físico y hay que tener especial cuidado en
temporada invernal, pues helada o con nieve resulta muy peligrosa, siendo necesario
la ayuda de crampones y piolet.
Con paciencia y
tenacidad vencemos las mayores dificultades, cuando estamos bordeando el
séptimo pico; sobrepasada la Pimpolla
Negra. El nivel se relaja, el trazado gira a izquierda recorriendo la
ladera Sureste del último y volvemos a ver las cimas de; La Bola del Mundo y La
Maliciosa. Casi manteniendo la cota, aunque con lógicas subidas y bajadas, la
senda se estrecha y presenta raíces que hay que evitar.
Sin darnos
cuenta, se abre ante nosotros la Pradera
de Siete Picos (4:23h - 10,2km), encauzamos nuestros pasos hacia el
roquedal del Alto del Telégrafo y
luego al canchal, sobre el que está la pequeña figura de la Virgen de las Nieves.
Conectamos otra
vez con la senda PR-M 8 y dejamos el
telesilla del Cerro del Telégrafo a la izquierda.
Nombre dado, por haber estado aquí una de las torres de la línea
de señales, que recorrían de norte a sur la península Ibérica; permitiendo intercambiar
las noticias en cuestión de minutos; cuando el medio más rápido de la época era
el caballo.
Pasamos junto al
repetidor y la pista para principiantes, reviviendo los peores momentos del
camino, sobre un pedregal; en los metros finales. Finalmente aparecemos en el
aparcamiento de la Venta Arias y finalizamos la excitante ruta.
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