miércoles, 1 de febrero de 2017

Robledo de Chavela, ruta 07 GR-10, Camino de Navahonda, Almenara

Robledo de Chavela, Camino de Navahonda "GR-10", Collado del Alto de Navahonda, Collado del Humilladero, Almenara.


M A P A      P E R F I L      F O T O S          Track KML      W I K I L O C      Análisis IBP

Tipo de Ruta: Ida y vuelta   Dificultad: M / A (IBP: 52)   Recorrido: 13 km   Ciclable: NO

Tiempo Total: 4:30 horas    Tiempo en Movimiento: 4:06 horas     Altitud mínima: 881 metros  

Altitud máxima: 1259 metros    Desnivel positivo: 512 metros    Desnivel negativo: 512 metros

Desnivel acumulado: 1024 metros      Fuentes: NO      Sombras: 5%     

Recomendada: todo el año      Realizada: 31-01-2017      Señalizada: NO


Descripción:

Nota: el asterisco en recomendada, es para señalar que el último tramo y subida a la cima, es peligroso con nieve, hielo o días húmedos. Dispuestos a pisar el Cerro de la Almenara, hoy tan solo dos componentes del Gsta; Paco y Cristobal, nos desplazamos hasta Robledo de Chavela.

Como suele ocurrir versan distintas versiones sobre el origen del nombre de Robledo de Chavela, las más extendida es que Robledo viene del s. VI, cuando los romanos construyen una calzada desde Zarzalejo a Robledo. Llamando este lugar Roburetum, por la concentración de robles en su entorno. Fue repoblado en el s. XIII.

Sobre la segunda parte del nombre, Chavela, aún hay más discrepancias. Una interpretación es que Chavela, sería el resultado de la derivación de "ocho en vela", referido al número de soldados, que vigilaban en la edad media la fortaleza. Representados en la torre de la iglesia por los ocho velones o chapiteles que la rematan, o por los ocho pequeños torreones que rodean el ábside del templo.

Iniciamos el recorrido en la ctra M-512, cruce con la Av. de Nuestra Señora de Navahonda, seguimos esta calle en dirección Sur, guiados por las señalizaciones que indican al Camino de Navahonda. En la rotonda giramos a derecha y enfilamos el Camino de Navahonda o Camino de la Ermita, coincidente con el GR-10, y a medida que vamos dejando el pueblo, el camino toma el carácter campestre, con sus muros de piedra impregnados de musgo y custodiando las dehesas. 

Vemos balizas que indican que andamos por una Senda Verde de la CAM ,en el tramo de Robledo de Chavela a las Dehesas de Navahonda. Asimismo pues, en la baliza senda están pintadas las franjas blanco/rojo del GR. Sobre los veinte minutos y 1,66km, esta la Fuente de Mariquitas, que en realidad es una mina y metros antes de una perrera. 

Dejando entradas de fincas a izquierda y derecha, rebasamos a los 35 minutos y 2,45km, la Fuente el Tejar, según letrero y Fuente de la Duquesita, según el mapa del IGN, y digo rebasar, porque esta a la derecha, en una bolsa que hace el camino, por bajo de su nivel y al ser también una mina, pasa desapercibida. 

Tal es así que en la ida no la vimos, debido también a la intensa niebla. En el regreso pusimos todo nuestro empeño para encontrarla y decepcionarnos al no tener agua. Denunciar que ambas fuentes/mina están muy abandonadas y merecerían una limpieza y rehabilitación.

Proseguimos con un pequeño desnivel, que cuando la calzada hace una doble curva, izquierda / derecha, se incrementa. Ya hemos dejado a izquierda, el impresionante pico del Almojón y transitamos bajo el Alto de Navahonda, y dejamos un desvío a derecha, por donde esta marcado el GR, que en trescientos metros vuelve a unirse al camino principal. 

Vemos a izquierda otra posible fuente que al estar seca hace de madriguera 4**** y en menos de medio kilómetro, se abre otra vereda a derecha por donde también sigue el GR; son apenas cien metros para volver a encontrarse con el camino, en el Collado del Alto de Navahonda (4,05h – 4,11km). 

Momento en que cruzando un torno a derecha, trocamos el buen camino por una vereda que circula unos metros junto a la alambrada para rápidamente anunciarnos lo que nos espera ¡pendientes de hasta el 35%! Bien es cierto que siendo ésta la senda principal, que fue la que utilizamos en la bajada, pues debido a la niebla subimos por otra huella, casi paralela que poco después se reencuentra con la principal sobre los (5km).

Iniciamos una pequeña bajada a un collado natural, que extrañamente no tiene sendas en sentido transversal, posiblemente a las tremendas pendientes. Desde aquí acometemos la última pendiente señalizada con hitos, que con pequeños descansos y pendiente media del 20%, nos llevará a la cima del Cerro de la Almenara, sobre una vegetación de encinar, pino negral y piñonero de gran porte y antigüedad, pues alguno supera los 2 metros de diámetro.

Finalmente estamos al pie de La Almenara, nos queda por trepar literalmente unos 40 metros para pisar los 1.259 metros junto a los puntos geodésicos; pues tiene dos, uno sobre un cúmulo de piedras al que Paco no renuncio pese a la dificultad.

Hechas las fotos pertinentes y al no poder deleitarnos con las inmejorables vistas, por la espesísima niebla. Decidimos poner en práctica mi lema; sentido común y prudencia. La ruta que teníamos trazada continuaba bajando por la cara Sur del cerro, pero dejamos este tramo para otro día y regresamos desandando el camino con tan solo pequeñas variantes, por los trazados paralelos que bajan al collado (2,44h - 7,2km).

Tomado el pequeño refrigerio sobre el mediodía, mira por donde comienza a levantarse la niebla, hasta podemos ver la antena mayor de la Estación de Seguimiento y Adquisición de Datos de la NASA.     
Prosiguiendo y esta vez sin perder de vista la senda principal, descendemos al Camino de Navahonda o Camino de las Casas de Navas del Rey, según consta en el mapa del Instituto Geográfico Nacional.

Este camino debe ser del s. XII, pues la talla de la Virgen de Navahonda, fue encontrada en este valle en el 1114 y queriendo llevársela los segovianos, las caballerizas se detuvieron en el lugar que ocupa la Ermita, razón por la que decidieron que se quedara allí.  

Desde este punto solo nos queda desandar los cuatro kilómetros que nos separan de Robledo, ahora con estupenda visibilidad, que nos permite ver todo lo que anteriormente nos impidió la niebla, finalizando tras casi cinco horas y 13 kilómetros, cosa que celebramos en el restaurante Almenara; no podía ser en otro lugar. 



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