Rascafría, Camino de los Horcajuelos, Puerta del Reventón, PR-M 10, RV4, arroyo de Santa María, Puerto del Reventón
M A P A P E R F I L F O T O S Track KML W I K I L O C Análisis IBP
Tipo de Ruta: Circular Dificultad:
Alta* (IBP: 94) Recorrido: 18,3 km Ciclable:
NO
Tiempo Total: 5:36
horas Tiempo en Movimiento: 4:57
horas Altitud mínima: 1170 metros
Altitud máxima: 2040 metros Desnivel
positivo: 871 metros Desnivel negativo: 871 metros
Desnivel acumulado: 1742
metros Fuentes: NO Sombras:
30%
Recomendada: todo el
año Realizada: 29-03-2025 Señalizada: SI*
Descripción:
Nota: catalogarla con dificultad Alta
es debido a la nieve y ventisca en el último medio kilómetro. Respecto a la
señalización es con balizas en los y alguna marca, blanco/amarillo del PR, además
de un único poste con indicación y distancia, en el cruce con la pista
forestal, donde hay un hito de granito del Parque Nacional de la Sierra de
Guadarrama.
La construcción del Palacio de la Granja aumentó la importancia de éste trazado, convirtiéndose en el camino natural para llegar al Monasterio del Paular en su ladera Este. Duro, como indica su nombre, ha sido testigo durante siglos, del paso de los serranos, de reyes y de emperadores, como Carlos V.
A Santiago, el compañero de ruta de los sábados, le faltaba subir al Puerto del Reventón por la cara Este y sumado a las ganas de seguir pisando nieve, decidimos hacer la senda RV4 de Rascafría coincidente con el trazado del PR-M 10, un recorrido <<fácil>> pero teniendo en cuenta que hay que superar un desnivel cercano a los novecientos metros.
De nuevo en ésta ruta nos acompañan Alejandro y Laura, compinches en la subida a La Maliciosa; por lo que me parece que tienen un olfato especial, para acertar con las rutas más atractivas. La ruta es de ida y vuelta, si bien al regreso seguro que haremos algún atajo, en las numerosas revueltas del camino, la iniciamos junto a la piscina municipal.
Cruzando una primera cancela con señal del PR-M 10, seguimos el también llamado Camino de los Horcajuelos, con una ligera pendiente; tónica general de la ruta con tramos más pronunciados. En algo menos de dos kilómetros pasamos la segunda barrera (1,4km) y entramos en el extenso robledal de la zona de Los Horcajuelos.
Luego vemos la primera baliza de la RV4 (ruta verde de Rascafría), en la primera curva pronunciada a derecha, para no seguir de frente por senda/camino que no tiene salida. Por el antiguo camino que traza una amplia zeta y con pendiente media del 10% y rampa del 24%, ganamos altura hasta llegar a la tercera y última portilla (3,5km); donde pasamos del robledal al pinar y entramos en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.
Ignorando
el desvío al roquedal conocido como Carro del Diablo, seguimos centrados en la meta del
día pasando el cruce de la pista forestal, donde está el hito de granito Puerta del Reventón (4km) del P. N. de la Sierra de
Guadarrama y un poste informativo de que nos faltan 5,5 kilómetros
hasta el puerto; siguiendo por otra buena pista.
Pero eso se acaba en un kilómetro, pues en la primera curva a izquierda nos encontramos la nieve de sopetón, lo cual nos produce en principio una gran alegría,
hasta que el espesor comienza a aumentar y el caminar se hace
trabajoso. Sin aflojar en el ritmo de la marcha, seguimos pisando nieve cuatro kilómetros
más con sucesivas eses, que mitigan la machacona pendiente.
Llegados
a la proximidad del arroyo
de Santa María (7,8km), nos
acercamos hasta él, viendo una pequeña cascada y un corral de ganado vacuno. En
un kilómetro más estamos en la explanada del antiguo pluviómetro, donde arrecia el viento y aumenta el frio, cruzándonos
con una pareja que siempre ha ido por delante; los cuales abandona la idea de
llegar al puerto.
Nosotros
también nos lo pensamos, pero la juventud dice que sigamos, así que nos
pertrechamos y con apenas visibilidad alcanzamos el deseado Puerto del Reventón (9,5km – 2.039m); donde pensábamos tomar un piscolabis, refugiados en el murete de piedra,
pero está cubierto por la nieve, destacando solo entre la niebla, el solitario
monolito erigido en memoria del teniente coronel Ibáñez Marín, primer
presidente de la Sociedad Militar de Excursiones.
El puerto fue
centro de la única batalla que se libró en ésta parte de la Sierra de
Guadarrama, que quedó como la Batalla del Reventón, hecho que apenas consistió
en una simple rectificación de posiciones, en la línea del frente del
Guadarrama, aunque para sus protagonistas, dada la tranquilidad de la franja
durante casi toda la guerra; adquirió la importancia de verdadera
batalla.
También fue lugar de unas maniobras en el 1906 a las que acudió el rey Alfonso XIII, y en 1867 la oficialidad del Batallón de Las Navas, se comió una paella después de andar el camino que describieron como: El camino del puerto desde Rascafría es de herradura y de subida malísima, con fuerte desnivel.
El regreso es idéntico a la subida, pero con las ansias de dejar atrás la nieve, hacemos varios atajos, antes de regresar al cruce donde salimos de la zona protegida del Parque Nacional. Punto en el que deciden no acercarse al Carro del Diablo, les suelto la leyenda.
Se cuenta que
una de las dos torres de la antigua Catedral de Segovia, era de menor
altura que la otra ¿o tal vez solo tuvo una? Corría la mitad del siglo XV,
cuando se está levantando la Catedral de Segovia (la antigua), que fue
prácticamente destruida en el año 1520, durante las bárbaras luchas de
la Guerra de las Comunidades de Castilla. Se levantaba bajo la dirección del
maestro mayor Juan Guas; imprimiendo su estilo que se conoce con el nombre de
“hispano-flamenco” plasmado también en la construcción del Castillo de
Manzanares el Real.
El edificio objeto de la leyenda, se ubicaba junto al Alcázar y cuenta la leyenda que el arquitecto veía que las obras no avanzaban al ritmo necesario; siendo acuciado insistentemente para finalizarlas. Preso de la desesperación por acabar la ingente obra, hizo un deseo que el diablo escucho y favoreció.
Desde ese momento y gracias al pacto, los carros cargados de piedra desde las canteras de Colmenar Viejo, comenzaron a llegar con prontitud a Segovia. El trayecto era a través del Puerto del Reventón, un paso de montaña situado entre el Valle del Lozoya y La Granja de San Ildefonso; localidad muy cercana a la capital segoviana.
Faltando el último carro cargado de piedra, Juan Guas confiado al ver el fin del trabajo, decidió romper su componenda; cosa que no sentó nada bien a Satanás. Lo que se tradujo en que ese último carro, quedo petrificado en el camino de subida al Puerto del Reventón;
y sin llegar a su destino, impidió que una de las dos torres catedralicias quedara rematada. El parecido o no del roquedal a un carro, lo dejo a criterio de cada cual. Dejado atrás el pinar, atravesamos el robledal y finalizamos la ruta a cielo descubierto.