El Espinar, PR-GU 09, Cascadas y Pozas del Aljibe, Matallana, Roblelacasa, GR-60.
M A P A P E R F I L F O T O S Track KML W I K I L O C Análisis IBP
Tipo de Ruta: Circular Dificultad:
B / M (IBP: 50) Recorrido:
12,8 km Ciclable: SI*
Tiempo Total: 4:10 horas Tiempo en Movimiento: 3:27 horas Altitud
mínima: 929 metros
Altitud máxima: 1135 metros Desnivel
positivo: 421 metros Desnivel negativo: 421 metros
Desnivel acumulado: 842
metros Fuentes: SI Sombras:
15%
Recomendada: todo el año Realizada:
07-05-2025 Señalizada:
SI*
Descripción:
Nota: estando en el mirador
aparecieron tres ciclistas, y conversando con ellos, me dijeron que, la ruta es
ciclable, aunque con un tramo muy técnico y además sus bicicletas eran
eléctricas.
Segunda ruta por éste término municipal, formado por seis núcleos poblacionales: Campillo de Ranas (donde está el ayuntamiento), Campillejo, Roblelacasa, Robleluengo, el conjunto formado por Matallana, La Vereda y El Vado; y El Espinar, lugar escogido para comenzar y terminar el recorrido.
Acompañado de Julio, Pedro, Rafa DJ, Ángel, Victorino, Rafa y su compañero Juan Carlos, que espero se anime para otras marchas, iniciamos la ruta promovida por Kike que tuvo conocimiento de ella por internet. Después eso sí, de que los dos últimos (capitalinos) llegaran cuarenta minutos tarde; tiempo de sobra para los cumplidores, de conocer la bonita pedanía, donde como es costumbre destaca la cruz de piedras blancas sobre el resto de la oscura pared.
El Espinar
se halla en una colina rodeada de barrancos cubiertos de vegetación y huertos,
con preciosas vistas sobre el valle. Conserva a su entrada un lavadero de
pequeñas dimensiones cubierto sobre un pilón rodeado de lanchas de pizarra.
También vemos un recinto cercado por grandes troncos en el que hallamos un
juego de bolos.
La iglesia
presenta espadaña con un hueco para la campana, estando construida con
mampostería de pizarra y aparece protegida en la entrada con un porche cubierto
por la prolongación de la cubierta. Los edificios de vivienda tienen cubierta
de grandes faldones de pizarra y las entradas a las casas están protegidas con
porches y tejaroces.
Los muros de mampostería aparecen con diminutos huecos bajo dinteles y otros elementos de madera y cruces de pedernal incrustadas en los paramentos. Delante de las entradas han situado pequeños recintos o patios cerrando todo el conjunto por vallas de pizarra y barro. Las tainas o casillas que encontramos aisladas conservan las mismas características que el resto de las viviendas.
Recorrida el grupo de
viviendas y visto el lavadero, ya con el total del grupo, echamos una mirado al
Pico Ocejón e iniciamos el recorrido desde el estacionamiento de la calle Eras,
por la salimos con dirección sur, viendo las marcas del PR-GU 09 y el GR-60; y
seguidamente una fuente (no potable) con un buen caño de agua, desviándonos a
continuación a la derecha con el PR.
Con la vista al fondo de Las
Majadas y la Loma del Royuelo, remontamos ligeramente durante kilómetro y
medio, adentrándonos entre jaras, pasando junto a un buen ejemplar de roble y desviándonos en una bifurcación señalizada con
balizas, hasta culminar en un punto señalizado (3,2km),
con indicación de lo que falta para llegar a las cascadas e indicando no seguir
por un antiguo camino en desuso.
Aquí comienza el descenso más
largo con pendiente media del 15%, primero por camino, luego camino/senda y
finalmente senda, hasta el desvío que seguido a izquierda nos lleva por la
parte alta del arroyo, tramo que hay que extremar la precaución con suelo
mojado y no apto para personas con vértigo; hasta llegar (4,5km) al Mirador de
las Cascadas y Pozas del Aljibe.
Entre la belleza del lugar y
el piscolabis que tomamos, el tiempo se va rápidamente y tengo que ponerme
serio para volver a poner en marcha al grupo, sabiendo que algunos ya se
conforman y regresarían por el mismo camino, pero hay que proseguir con la ruta
trazada; porque todavía nos esperan por ver bonitos paisajes y estampas
fotográficas.
Estamos en el punto más bajo de la ruta, si bien en compañía de Kike, bajamos hasta la desembocadura del arroyo en el río Jarama, porque la idea era vadear el arroyo y pasar al otro lado de la cascada para continuar con la ruta; cosa imposible en éstos momentos.
Así pues, todo el grupo
desandamos unos metros hasta el desvío, para cruzar el arroyo del Soto por un
buen puente de madera y seguir hacía Roblelacasa; aunque todavía nos acercamos
por el margen derecho para ver una vez más las estupenda vista de las pozas y
cascadas. De nuevo en la senda vencemos un corto remonte, en el que hay una
baliza y luego en el descenso pasamos junto a antiguos corrales y cruzamos un
regato.
Poco después llegamos a otro desvío señalizado (5,7km) con indicaciones a Roblelacasa y Colmenar de la Sierra por el PR-GU 02, dirección que seguimos para hacer una incursión hasta Matallana; bajando al Puente de los Trillos (también conocido como de Matallana), nombre que debe a que estaba formado su suelo, por dos trillos soportados por vigas de madera; remontándose su origen a la Edad Media.
Cuando Matallana fue
abandonado en 1972, también lo fue el puente, que se deterioró con rapidez,
aunque conservó la estructura, utilizada por valientes, atrevidos o temerarios,
hasta que se instaló el nuevo en el 2009, bajo el que actualmente puede verse la
antigua estructura de madera.
Tras el medio kilómetro de subida, pasamos junto a otro estupendo ejemplar de encina, cruzamos una pradera llena de vacas y llegamos a la conocida como Encina de Matallana, magnifico ejemplar que arranca desde el suelo con tres troncos, dividiéndose el principal en cuatro más, para formar todos ellos una gran copa.
La incursión sobre el
reducido núcleo poblacional, nos lleva por su reducido número de casas y pasa
junto a la ruina de su Ermita de San
Juan, ofreciendo el lugar un encanto natural debido a su ubicación; en una
colina rodeada por el río Jarama y con extensos bosques a sus pies. El pueblo
fue expropiado por el ICONA para su destrucción y posterior reforestación;
siendo impedido por arquitectos y allegados.
El regreso lo hacemos por el
sendero del PR-GU 02, señalizado en varios puntos y pasando junto a una fuente
pilón, antes de descender al Puente de
los Trillos (8,2km); donde
nos reagrupamos para comenzar el más largo ascenso, estando en dos pasos en la
bifurcación de los PRs, para seguir de nuevo por el 09; subiendo cada cual, a
su ritmo.
Luego de pasar una barrera,
vemos un bonito almendro en flor y terminada la subida, volvemos a ver El
Ocejón, transitando entre jaras y cantueso, científicamente conocido como Lavandula stoechas, es una planta aromática de la familia de la
lavanda que se caracteriza por sus flores de color púrpura y su olor
distintivo.
Luego vemos dos balizas del
PR y en la bifurcación tomamos a la derecha por una calleja con muros de
pizarra, salvamos un cercado por paso habilitado y sobre lanchas de pizarra al
ser un humedal. Poco después pasamos junto a la Fuente de Roblelacasa (con
grifo homologado) y entramos en el pueblecito por c/. Fuente; que seguimos a
izquierda.
Roblelacasa,
es un lugar cercado por montes cubiertos de jaras que ofrece una imagen de gran
belleza. Conserva restos de la iglesia de nave única con sacristía adosada,
además de aleros de pizarra y porche con estructura de troncos de madera. Las
viviendas originales son de una planta con cámara y la cubierta con los
característicos faldones.
Recorriendo la pedanía, vemos
los restos de la Iglesia (11km), al norte
un poste señalizador de los PRs 02, 04 y
09 y al Este
otro poste señalizador del GR-60 por
el que se puede llegar a Campillo de Ranas y al Espinar, dirección que
seguimos, rodeando las viviendas con dirección sur, hasta que viendo una baliza
viramos al Este y cruzamos una cancela, con marcas de las sendas.
Viendo dos balizas más,
descendemos al barranco por donde discurre el arroyo
del Soto, que volvemos a salvar por otro
buen puente de madera, desde el que nos queda superar la última subida, un
tramo de setecientos metros por un robledal con estupendos ejemplares, algunos
de ellos enfermos y con marcas de las sendas, además de un par de balizas.
Fuera ya del robledal, hay
otro poste señalizador de las rutas que comparten la senda, con la distancia a
los dos pueblos, viendo nosotros que solo nos quedan seiscientos metros y en
descenso por excelente camino y con la vista al fondo del casi omnipresente
Ocejón; retornamos a El Espinar, entrando junto al campo de bolos.
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