Alto del León, PR-M30, Camino de los Lomitos, Cordel de las Campanillas, Arroyo del Cuervo, Camino del Agua, Nacimiento del Río Gudillos, Fuente de los Aserraderos, Cañada Real Leonesa, Cerca de Montosa, GR-88, Apeadero de Gudillos
Tipo de Ruta: Circular Dificultad: B / M (IBP: 42)
Recorrido: 12,3 km Ciclable: NO
Tiempo Total: 4:12 horas Tiempo en Movimiento: 3:38 horas Altitud
mínima: 1289 metros
Altitud máxima: 1510 metros Desnivel
positivo: 325 metros Desnivel
negativo: 324 metros
Desnivel acumulado: 649 metros Fuentes:
SI Sombras:
60%
Recomendada: todo el año Realizada: 10-10-2017 Señalizada: NO
mis fotos -- fotos J. Luís -- fotos Paco
Descripción:
Con la fantasía
de pasar por el primer camino que se abrió, en ésta parte de la sierra, me
encuentro en el Alto del León, en compañía de Paco y José Luís, los dos socios
más cumplidores en la tarea de realizar la ruta semanal. Desde el
aparcamiento a 1.512 metros de altitud, nos vamos en dirección Este, junto a la
ctra N-VI. Siguiendo el rastro de la Senda
del Arcipreste, nos adentramos en el pinar, salimos de él por un portillo
en la alambrada (074km) y cruzamos la calzada con la máxima precaución.
Conectamos con
el Camino de los Lomitos y PR-M30, donde hay una especie de monumento que da la
bienvenida. Tan solo serán trescientos metros, pues lo dejamos en el cruce con
la V. P. Cordel de las Campanillas,
justo debajo de la línea eléctrica.
La Vías Pecuarias, son los caminos utilizados por los ganaderos,
desde la Edad Media, siglos V al XV <ciclo entre el fin del imperio romano,
y los hechos del descubrimiento de América, la invención de la imprenta y el
fin de la Guerra de los Cien Años. Separándose entre; Alta Edad Media, siglos V
– XI y Baja Edad Media, los siglos XI – XV. Posiblemente el nombre de la vía pecuaria, venga, porque el hoy
Collado de la Sevillana, era conocido como Puerto de la Campanilla; por haber
en la aldea de Tablada, entre otras tantas ventas, la Venta de la Campana, que en
los días con niebla muy espesa, hacía sonar su campana para orientar a los
viajeros.
Caminando en
dirección Norte bajo el tendido eléctrico, es difícil imaginar que transitamos,
por el primer trazado que cruzo esta parte de la sierra, llamado Balat Humayd. De origen árabe, fue utilizado por los ejércitos de Abd
al-Rahman III y más tarde de Almanzor, siendo testimonio el nombre árabe “pico
Gibraltar” con el que también se conoce a la cercana Peñota. Posteriormente lo llamaron; Valatome, Valtome, Baratome y
Valathome, hasta que en el s. XIV pasó a llamarse Tablada, por la cercana venta
del mismo nombre.
Luego del
pequeño repecho, el camino se aplana y llegamos al Collado de la Sevillana
(1,73km – 1.498m) y cruce con el sendero GR-10, que recorre toda esta cadena de
montes.
Este paso también lo utilizo en 1072, Alfonso VI para viajar entre
Toledo y León. La Crónica General de España, se refiere a este espacio como;
paso de Valathome en la Sierra del Dragón. Asimismo es nombrado en el Libro de
la Montería, como el puerto de Tablada. Muy transitado en los s. XV y XVI, era preferido por los
comerciantes al Puerto de la
Fuenfría , que era más directo pero también más complicado de
atravesar.
A sabiendas de
la historia y con ganas de encontrar vestigios del antiguo
camino, dejamos un ramal a la derecha, que se dirige al Collado del Arcipreste.
Y entre querer y no ver, a excepción de pequeños tramos enlosados, en las que
algunas grandes piedras, hacen imaginar huellas de carros, llegamos al arroyo del Cuervo y doscientos metros
más pisamos el Camino del Agua (4,2km),
que desde este punto, comparte pista.
Con la
estupefacción, de no encontrar información de la historia del camino en todo el
recorrido, llegamos en medio kilómetro al cruce con el GR-88 (4,74km), viendo las señales allí existentes y confirmando la omisión de cualquier testimonio referente a
su pasado. La labor de los investigadores ha conseguido localizar un tramo
de 30 kilómetros, que comprende desde la estación de La Tablada, en el T.M. de
Guadarrama a la localidad segoviana de Coca.
Desde el cruce
situado en la zona conocida por los lugareños como, El Baldio, dejamos el trayecto del histórico camino, retrocedemos
unos metros y nos dirigimos a la Fuente de
los Aserraderos y nacimiento del Río
Gudillos. La fuente si manaba agua, no así el brote en la tierra y en la
lagunilla apenas quedaba un charco.
De aquí hasta el
cruce con el ferrocarril, andaremos casi, por el trazado de la Cañada Real Leonesa, que comparte
recorrido con el curso del río, sin gota de agua, si exceptuamos algunos puntos
húmedos en su cauce.
Durante este
recorrido vemos a la diestra, un gran descampado con una extraña edificación,
nos acercamos y José Luís se lleva una alegría al reconocer este lugar, por
haber estado en sus correrías de juventud, se trata de la Cerca de Montosa.
Al parecer esta construcción se inicio en la década de los años
50, a propuesta de la O.S.E., o sea el Sindicato Vertical de los
Trabajadores, única organización sindical autorizada hasta el 1976. La idea era
crear una residencia de las “Hermandades del Trabajo”, asociación
religiosa creada en 1947 y que sigue
existiendo a día de hoy. La obra fue paralizada sin saber muy bien porque y actualmente
es utilizada como almacén de paja, para
alimento de ganado. En el mundillo senderista era conocido como el
Hospital de Gudillos.
Continuando con
nuestro itinerario, nos reencontramos con el GR-88 (7,90km) y andamos por él,
durante el tramo más bajo de la ruta,
que se mantiene casi un kilómetro.
Cruzamos las
vías del tren por un puente, viendo a la derecha el apeadero de Gudillos y dos
pasos más paramos (8,8km – 1.289m), no
tanto por descansar, pues el camino andado ha sido de lo más cómodo; sino por
el hecho de comer algo. Estamos en una pequeña explanada y cruce de caminos, justo
donde se inicia la subida que no cejara hasta el Alto del León.
Reiniciada la
marcha, andamos un tramo de trescientos metros, muy pintoresco y paralelo al ffcc,
el cual tenemos a 15 metros por debajo, desembocando en un camino, que seguimos
a la izquierda.
Desde aquí hasta
el Puerto de Guadarrama, andaremos por su vertiente Oeste y por encima del
trazado de los tres túneles de la A-6, que la perforan.
Luego de caminar
un kilómetro, nos ahorramos una revuelta tonta y atrochamos, conocedores de que
no hay atajo sin trabajo. Reencontrándonos con el Camino del Agua (10,4km), por
el que transitamos un kilómetro muy cómodo, tras el que nos vuelve a asaltar el
espíritu intrépido.
Tomamos otra trocha
y llegamos a un nuevo camino que dejamos inmediatamente, porque vemos la
chimenea “respiradero” del túnel de la autovía, decidiendo acercarnos a él,
pues siempre lo hemos visto desde la carretera y nos pica la curiosidad.
Así pues nos
vamos directos hacia la enorme columna y cumplimos nuestro deseo pasando junto
a esta grandísima torre. Ya solo nos queda alcanzar la última vereda, por la que
retornamos al Alto del León, finiquitando esta facilona ruta.
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