Torrelodones, Cordel de Hoyo, Canto del Dedo Gordo, Senda de los Bomberos, Arroyo de la Torre, Senda del Arroyo de la Torre, Senda del Arroyo del Piojo, Corraliza del Arroyo del Piojo, Senda Circular, Senda Canto del Pico.
Tipo de Ruta: Circular Dificultad: Baja / Media (IBP: 26)
Recorrido: 6,6 km Ciclable: NO
Tiempo Total: 1:40 horas Tiempo en Movimiento: 1:15 horas Altitud
mínima: 822 metros
Altitud máxima: 977 metros Desnivel
positivo: 235 metros Desnivel
negativo: 233 metros
Desnivel acumulado: 468 metros Fuentes:
NO Sombras:
15%
Recomendada: todo el año Realizada: 29-05-2020 Señalizada: NO
Descripción:
Nota: los datos han sido extraídos de las Crónicas de Torrelodones y Comunidad de Madrid, de José de Vicente Muñoz.
El recorrido que se detalla,
tiene su columna vertebral en el Arroyo
de la Torre (un arroyo que, al estar
soterrado a su paso por el centro del pueblo, es desconocido para cualquier
visitante y hasta para muchos vecinos; diría yo), el susodicho regato se forma
a la altura de la c/. Canto de la Cueva; al unirse las corrientes del Arroyo
del Tejar (charcas) y el Arroyo del Piojo, ambos desde el Monte de los Ángeles.
El inicio está en la
magnífica encina, situada en la Av. de los Peñascales, cerca del cruce con la
Av. del Doctor Bedoya. A poco se enlaza con el Cordel de Hoyo y de éste se llega a la rotonda con la réplica del
Canto del Dedo Gordo. La más famosa piedra caballera, con forma de la
primera falange del dedo, que estaba situada poco más arriba y que fue demolida
al hacerse el nuevo trazado de la N-6 por el Camino de Valladolid.
Pasando por encima de la A6,
se engarza con la Senda de los Bomberos,
que rodea ésta zona del pueblo y dispone de un par de miradores con bancos;
donde pasar unos minutos disfrutando de las vistas. Luego se pasa por la entrada
de la vía al Punto Limpio y se llega al Arroyo
de la Torre, acercándose hasta el punto
donde sale a superficie.
Sobre el trazado del arroyo
se enfila hacia el pueblo, recordando los comienzos de éste pueblo. Allá por el siglo XII era un caserío conocido como Torre de Lodones con el Tejar, unas
pocas viviendas en torno al Arroyo de la Torre; según cédulas de los reyes
Alfonso VII, Alfonso XIII y Fernando III. Y el espacio que ocupa su término
municipal era terreno en discordia entre segovianos y madrileños, hasta que el
rey Alfonso X lo integro en el Real de Manzanares.
Al llegar a la c/. Camino de
Valladolid, se ve enfrente el pretil del puente del siglo XVII, sobre el cauce del arroyo. En el
siglo XX con la ampliación del pueblo y las viviendas de la c/. Carlos Picabea,
se canalizo y soterró). El recorrido prosigue por la c/. Nueva (también canalizado) y siguiendo las huellas del pedibus <camino escolar> se llega
al inicio del soterramiento.
Prosiguiendo por la Senda del Arroyo de la Torre, se cruza la Av. de la Dehesa y se llega hasta la c/. Canto de la Cueva; punto donde confluyen el Arroyo del Tejar (charcas) y el Arroyo del Piojo (Canto del Pico), que le aportan sus pocas aguas; al ser ambos arroyos estacionales.
Prosiguiendo por la Senda del Arroyo de la Torre, se cruza la Av. de la Dehesa y se llega hasta la c/. Canto de la Cueva; punto donde confluyen el Arroyo del Tejar (charcas) y el Arroyo del Piojo (Canto del Pico), que le aportan sus pocas aguas; al ser ambos arroyos estacionales.
Sobre la Senda del Arroyo del Piojo, se pasa
(después de cruzarlo dos veces), junto a una centenaria encina y finalmente,
después de volverlo a vadear, se llega a la Corraliza de Arroyo el Piojo; un pequeño corral en la parte más
frondosa del Monte de los Ángeles.
Subiendo por su margen
izquierda se entronca con la Senda
Circular y por ésta se asciende hasta el cruce con la Senda Canto del Pico; punto más alto del trayecto. Por ella se baja
prácticamente sobre granito hasta el cruce de caminos, cercano al canchal de El Elefante.
De aquí y pasando junto a un
bonito ejemplar de pino, se llega a la c/. del Mar Rojo y luego se continua por
c/. José Sanchez Rubio; que se deja para dar un rodeo por un callejón. Aquí en
la parte trasera del terreno que ocupó el antiguo cementerio, se ve otra piedra caballera y haciendo un giro a izquierdas, por la c/. José María Moreno se retorna
a la misma calle; viendo en la esquina con una escultura de piedra; en lo que fue
la entrada del camposanto.
El paseo finaliza en el Parque JH (Julio Herrero); donde se puede
tomar un refresco a la sombra de los pinos.
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